Sin Instagram, Google ni WhatsApp: China controla a sus ciudadanos con un Internet propio y aislado del mundo

MARÍA PUERTO PEKÍN / E. LA VOZ

SOCIEDAD

MABEL R. G.

El país asiático ha levantado un muro digital que bloquea el acceso a las principales plataformas globales y permite al Gobierno vigilar y censurar el descontento social en la red | Crónica desde China: «El gobierno sabe todo lo que haces»

26 oct 2025 . Actualizado a las 12:19 h.

La Gran Muralla China es una fortificación defensiva muy antigua que protegía al imperio chino de las incursiones y ataques de otras civilizaciones. Iniciada hace más de 3.000 años, mantuvo al país protegido del exterior y contuvo dentro a sus habitantes. Ahora, otra gran muralla separa al país asiático de forasteros y los encierra en su propia cultura. No son ladrillos ni adobe de lo que está compuesta: son algoritmos y códigos. Su nuevo objetivo es controlar el sentimiento de descontento que viven sus habitantes.

¿Qué es la gran muralla China de Internet?

Es la forma popular como se conoce el gran cortafuegos que bloquea en China el acceso a aplicaciones y direcciones de Internet no autorizadas por el gobierno. La mayoría son occidentales, aunque también impide el acceso a las que surgen en China y tienen un contenido que consideran subversivo. El resultado es que los chinos navegan por una Internet propia en la que reina la censura y con escaso acceso a lo que se ve en el resto del mundo.

Empezó a implementarse a mediados de los años 90 bajo el nombre de «Proyecto Escudo Dorado» y está bajo la dirección del Ministerio de Seguridad Pública y de la Administración del Ciberespacio de China.

¿Se puede saltar la censura de Internet?

Para saltar el cortafuegos se necesita utilizar un VPN (Red Privada Virtual), un software que oculta la dirección IP y permite conectarse a Internet desde fuera de China. En el gigante asiático está prohibido por ley utilizar VPN, aunque se permite en algunos trabajos, como por ejemplo en centros de investigación o algunos departamentos del Gobierno.

Sin embargo, hay ciudadanos chinos que lo utilizan ilegalmente para estar informados, ver series extranjeras, o jugar online. Y aunque, en general, existe cierta permisividad por parte de las autoridades, es un delito penado con cárcel. La policía lo utiliza de excusa cuando quiere detener a una persona, aunque sea por otros motivos. Las autoridades son más laxas con los extranjeros, ya que dan por hecho que se conectan a sus redes sociales para estar en contacto con su entorno.

¿Qué Apps no funcionan en China?

Entrar en China provoca que la mayoría de las aplicaciones que utilizamos en Occidente dejen de funcionar. Están prohibidas WhatsApp, Twitter, Instagram, Facebook, Telegram y también las relacionadas con el universo de Google como Gmail, YouTube o Google Maps. TikTok, aunque es una aplicación creada por la empresa china Bytedance, no se puede utilizar en el gigante asiático. En su lugar, utilizan Douyin, una red social anterior e idéntica, que es exclusiva para el mercado chino.

Tampoco se puede acceder a la mayoría de la prensa internacional incluidos algunos medios españoles como El País o el ABC, que han tenido algún conflicto con las autoridades chinas. Incluso desde el 2021 se prohibió el canal internacional de la BBC en los hoteles. 

¿Cómo funciona la censura en Internet?

China monitoriza el ciberespacio aislándolo del exterior y censurando conceptos y conversaciones en las redes. Han creado una barrera digital que aísla el país. Por ejemplo, en el buscador chino Baidú no encuentras información sobre la matanza de Tiananmen de 1989. De hecho, la imagen del estudiante parando un tanque no es conocida por la gente joven. Y si preguntas a la Inteligencia Artificial china DeepSeek te contesta que «no sabe cómo abordar este tipo de preguntas».

En la pasada primavera, en plena escalada de la guerra de aranceles con Estados Unidos, precisamente la palabra «aranceles» daba error en las búsquedas en las redes chinas.

¿Cómo controla el Gobierno el contenido de las redes?

El Gobierno no solo censura la red, también promueve campañas para controlar los contenidos y moderar el debate público. El pasado septiembre lanzó una campaña contra los «sentimientos negativos» en Internet. El objetivo es censurar los contenidos que fomenten el pesimismo en un momento de crisis económica. En este tipo de campañas siempre se amenaza con multas a las plataformas que no fiscalicen sus contenidos.

En el 2021 hubo una campaña contra las feministas y se cerraron centenares de cuentas, algunas vinculadas a universidades, donde se debatía sobre los derechos de las mujeres. Además, periódicamente, hay campañas en redes chinas contra empresas extranjeras. En el 2021 la empresa de moda HM sufrió un boicot impulsado a través de las redes sociales por supuestamente criticar el trabajo forzoso en la región del Xinjiang. Las principales plataformas de ventas cerraron las tiendas online de HM e incluso se eliminó la ubicación física de las tiendas en los buscadores.

ALEX PLAVEVSKI | EFE

La censura que busca paliar el descontento: publicaciones eliminadas y empresas bajo lupa

El Gobierno chino no quiere que la sociedad esté triste. Pero no es tarea sencilla. Actualmente, el país vive un período complicado para la gente joven ya que nunca ha habido tantos graduados como ahora, pero no hay empleo; se ha formado una burbuja inmobiliaria enorme y encima ha caído el consumo interno. Además, el sistema de pensiones es rudimentario y los mayores confían (en muchos casos inútilmente) en sus descendientes para que todos puedan salir adelante.

Con el miedo constante de que la gente se reúna para cambiar las cosas —solo hace falta echar la vista atrás en su historia—, el gobierno chino es consciente de que corre el riesgo de fallar en el trato no escrito que rige la potencia asiática: «bienestar» a cambio de obediencia. Para evitarlo, ha creado una campaña que busca censurar los comentarios pesimistas y de desesperanza de sus redes, ajenas al resto del mundo, para evitar echar sal a la herida.

La Administración del Ciberespacio de China publicó, a finales de septiembre, una cruzada para crear un «entorno más civilizado y racional» y paliar de alguna forma los comentarios en redes sociales que «exageran» el ambiente pesimista general, que promueven el pánico y las ideas derrotistas. Buscan contrarrestarlo con un «optimismo prescrito» y la llamaron Red Limpia.

Uno de los ejemplos más conocidos de esta censura fue la aplicada al influencer crítico Hu Chenfeng, que vio como desaparecieron todas las publicaciones de sus cuentas de la noche a la mañana sin explicación. Nadie supo nada. El tutor online Zhang Xuefeng también fue presa de estas medidas después de que este comprobara que le era imposible sumar nuevos seguidores. Sin embargo, los individuos no son solo el objetivo. La propia Administración del Ciberespacio reclamó que iba a imponer «castigos estrictos» contra las aplicaciones de redes sociales Xiaohongshu, Kuaishou y Weibo por falta de control sobre temas de índole negativa y por publicar «informaciones triviales». Para lograr esto, la Administración del Ciberespacio inspecciona de forma exhaustiva los temas de tendencia, las secciones de comentarios y las recomendaciones de contenido.

Aunque la censura sea algo común en el país (en China no funcionan Google, Twitter, Facebook o WhatsApp), lo curioso de esta es que tenga como objetivo un abanico de comportamientos que pueden generar una sensación de negatividad general. No obstante, aunque estas medidas busquen reducir los daños, los hechos son inamovibles. Los motivos que generan descontento parecen ser reales.