Las personas que cambien de marca de fabricante, entonces, pueden también experimentar diferencias en los síntomas. No obstante, es un balance complicado. A veces, el sistema inmunitario ajusta la magnitud de su protección para que vaya acorde al peligro de un patógeno, o vacuna, por lo que es importante que los fabricantes de las dosis no se queden cortos.
El hecho de que tenga menos efectos secundarios que mi pareja no significa que esté menos protegida. Muchos factores, genéticos, hormonales, edad, alimentación, sueño, estrés, tolerancia al dolor y más, podrían influir en la experiencia con la vacuna. Las mujeres tienden a tener cuerpos que reaccionan más, como les ocurre a los más jóvenes. Pero hay excepciones a eso: yo soy una de ellas. Además, el tema está poco estudiado.
De cualquier modo, los efectos secundarios como la fiebre y los escalofríos tienden a durar poco tiempo. Grace Lee, pediatra en Stanford y presidenta del Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación del CDC, espera que los científicos continúen desarrollando nuevas vacunas contra el coronavirus que puedan provocar menos problemas después del pinchazo, sin sacrificar la protección. Asimismo, las personas tampoco están totalmente indefensas contra los efectos secundarios.
Katherine J. Wu es periodista especializada en ciencia. © 2022 The Atlantic. Distribuido por Tribune Content Agency. Traducido por S. P.