Groenlandia, una «bomba» para el clima de la Tierra

SOCIEDAD

Esta semana vuelve a registrar las anomalías de temperatura más intensas de todo el planeta

18 oct 2022 . Actualizado a las 09:15 h.

Desde la Revolución Industrial la temperatura media global ha aumentando 1,1 grados. Sin embargo, únicamente la mitad de ese incremento es consecuencia directa del calentamiento del planeta derivado de la mayor presencia de gases de efecto invernadero. El resto tiene que ver con mecanismos de retroalimentación o feedbacks

La zona de la Tierra que más está sufriendo el impacto de este proceso físico es Groenlandia. La isla más grande del mundo se ha convertido en una «bomba climática». Solo hace falta echar un vistazo al mapa actual de anomalías térmicas que hay esta semana en el mundo. La más intensa de todo el planeta se registra estos días en Groenlandia y zonas de Siberia. El mapa ilustra muy bien una situación sobre la que la ciencia lleva décadas avisando. Los polos se están calentando mucho más rápido que el resto del planeta, hasta 4 veces.

Ahora mismo en Groenlandia, el termómetro alcanza valores de hasta 20 grados por encima de la media. Se esperan que se alcancen valores de récord para el mes de octubre. Y no se trata de un hecho aislado, sino de algo recurrente desde hace meses. A comienzos de septiembre se registró una ola de calor que generó un retroceso del hielo sin precedentes. A finales de mes el ciclón Fiona impulsó aire cálido y provocó otra súbita pérdida de superficie congelada. Precisamente un estudio reciente señaló que las anomalías atmosféricas (altas temperaturas del aire) producen un mayor derretimiento en Groenlandia que cuando hay aguas más cálidas de lo normal.

Cada metro que retrocede el hielo debido a las temperaturas elevadas genera un calentamiento local adicional. Si Groenlandia y otras regiones polares son tan frías se debe al albedo, la capacidad para devolver o absorber energía del sol. El blanco de la nieve refleja un 90 %. Esto explica por qué las zonas heladas tienden a enfriarse y las glaciaciones han sido tan duraderas a lo largo de la historia. Y es que cuando el hielo toma el control no resulta tan sencillo que desaparezca. La pérdida de hielo y la menor capacidad para reflejar la radiación solar provocan que el calentamiento sea doble.

Precisamente el feedback asociado al albedo tiene actualmente mayor influencia sobre el ascenso de la temperatura mundial por encima de otros, como la relación entre humedad y temperatura. Por ejemplo, cuando se produce una ola de calor en una contexto de sequía, la evaporación aumenta y, en consecuencia, intensifica la sequía. Este sería otra clase de retroalimentación.

Groenlandia no solo es una «bomba climática» para sus habitantes, sino para el resto del mundo. Se trata del mayor contribuyente al aumento del nivel del mar. Contiene más de dos billones de toneladas de agua en forma de hielo y si desaparecieran, el océano avanzaría siete metros. La cantidad de agua dulce liberada también tiene una consecuencia sobre la estabilidad de las corrientes oceánicas, que mantienen un delicado equilibrio entre temperatura y salinidad. 

Hay, además, otras consecuencias. La ciencia sigue investigando sobre la conexión entre pérdida de hielo y los diferentes modos de la corriente en chorro. A medida que Groenlandia y el resto del Ártico se calientan la corriente que separe el aire polar del cálido subtropical tiende a generar más ondulaciones y crear situaciones meteorológicas extremas, como la sequía actual alimentada por los meandros ascendentes y los anticiclones de bloqueo, o la megaola de calor del pasado verano que se registró en la regiones templadas, como en Galicia. Uno de los responsables de las temperaturas extremas en julio fue el meandro que canalizaba aire africano hacia la Península.