Protestas de los mayores de 80 años por tener que desplazarse para la vacunación del covid

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Dos hombres mayores durante la administración de la tercera dosis en Expocoruña
Dos hombres mayores durante la administración de la tercera dosis en Expocoruña MARCOS MÍGUEZ

El Sergas defiende el sistema e insiste en las repescas para el que no acuda

05 oct 2022 . Actualizado a las 17:57 h.

Los mayores de 80 años fueron la excepción en las anteriores campañas de vacunación contra el covid. Podían recibir la inyección en los centros de salud o los puntos de atención continuada (PAC) más próximos a su domicilio, en lugar de desplazarse hasta los vacunódromos de las ciudades y los hospitales de referencia. Ahora, para la cuarta dosis, el Sergas ha decidido cambiar el modelo y en muchas zonas, particularmente las que están a mayor distancia de los centros de vacunación, han empezado a sucederse las quejas de los usuarios y sus familias.

La montaña de Lugo es uno de estos territorios donde más se han hecho notar las protestas, porque desde A Fonsagrada, por ejemplo, al Hospital Lucus Augusti hay casi una hora de coche. Incluso el alcalde, el socialista Carlos López, le mandó una carta al conselleiro para evitar estos desplazamientos. Sin embargo, el malestar se puede palpar en numerosos lugares de la comunidad.

Mari Carmen Otero, vecina de la localidad de O Pindo, en Carnota, expresa su disconformidad con la decisión de la Xunta de habilitar los vacunódromos también para el grupo de mayores de 80 años. Explica que su padre tiene 90 años y que las anteriores dosis pudo recibirlas en Muros. La mujer precisa que en O Pindo hay otros mayores en la misma situación y sentencia: «Imos esperar á repesca, porque isto non nos parece normal. Se queren que a xente se vacine teñen que vir aos centros de saúde».

Miguel Medela vive en Vilatuxe, una aldea de Lalín, y cuida de su padre de 95 años que ha sido ya citado para recibir la cuarta dosis de vacunación el próximo día 12, a las 9 de la mañana, en la Cidade da Cultura. Medela, que es concejal de Compromiso por Lalín, tiene claro que va a reclamar que su padre sea vacunado en su centro de salud de referencia, y que así deberían de proceder todos los mayores de 80 años; «isto é unha cuestión de lóxica e non de política. Aquí o que está claro é que non pensaron na xente maior», insiste.

Explica que para acudir a la cita de las nueve de la mañana tendría que levantar a su padre a las seis de la madrugada para asearle, ayudarle a desayunar, trasladarse hasta el Gaiás «e despois levalo camiñando un bo anaco. Isto non colle na cabeza de ninguén», sentencia. Pide a los responsables de Sanidade que desplacen más profesionales a los centros de salud, si es necesario, para que todos los mayores de 80 años sean vacunados en sus ambulatorios; centros con los que están además familiarizados.

«No me la pongo»

Incluso en las ciudades hay quejas. Teresa Castro Ferreiro tiene 82 años y está pendiente de una operación de cadera.«Yo esta dosis ya no me la pongo», dice con rotundidad. Vive en el centro de A Coruña y se declara «indignada». «Esto ya es demasiado, yo luché por esta democracia, coticé toda la vida y sigo pagando, porque de la pensión me siguen descontando, nadie me regaló nada, pero cada vez nos ponen más trabas a los mayores, ¿cómo es que no nos ponen la vacuna del covid con la de la gripe, en el ambulatorio, donde siempre me pusieron las vacunas?», se pregunta. Lo dice «no solo por mí», insiste, y apunta a las personas que viven fuera de la ciudad, con más dificultades para desplazarse hasta Expocoruña a por la cuarta dosis y que «tendrán que pagarse un taxi que no sale por 10 euros». No la convence ni el anuncio de que aquellos que tengan dificultades para acudir al vacunódromo coruñes serán repescados por sus centros de salud. «Dicen muchas cosas, pero luego hacen lo que quieren», espeta Teresa, que se molestó en ir a preguntar a su centro de salud «y el enfermero me dijo muy claro que allí no me ponían la del covid». 

Su enfado la empujó a «intentar»  presentar una reclamación, «¡pero  si tengo los dedos retorcidos y aún encima me mandan de un sitio para otro, que tenía que ir hasta la Xunta!», cuenta. Pensó incluso en «sacar una pancarta», asegura esta mujer, que cree que todo se solventaría «si contratasen más enfermeras para los centros de la salud, que las hay hasta de dependientas, pero estamos preparando gente maravillosa de médicos y enfermeras para que después se vayan». 

Reconoce Teresa que su cabreo viene de atrás y por acumulación, y saca a colación la lucha del pensionista que «menos mal que ahora consiguió que por fin los bancos nos atiendan para que nos paguen la pensión a una hora normal». Y pone más ejemplos de obstáculos para los de más edad en calles y aceras «llenas de terrazas, sillas y plantas». «¡No podemos caminar y somos los que luchamos por todo esto! Me indigna, me canso de tanto luchar. Esto en vez de avanzar, va para atrás, pero lo peor es para los que venís detrás», concluye. 

El Sergas, que ha avanzado incluso más de lo previsto con las residencias y empezará con los mayores de 85 ya este viernes, defiende la decisión porque «alivia de trabajo a Atención Primaria» y porque «son muchos los colectivos y personas que han pedido acudir a recintos más grandes, donde es más fácil el aparcamiento y hay un servicio de ayuda, con voluntarios, para los mayores con problemas de movilidad o de cualquier otro tipo». Además, recalca que a los que no puedan acudir «en aproximadamente 15 días se les llamará y se les vacunará en su centro de salud o en su domicilio en caso de que sea necesario». Un procedimiento de repesca que ya se ha utilizado en ocasiones anteriores.

«El objetivo es vacunar a toda la población en el menor tiempo posible, facilitando todos los dispositivos posibles y siendo flexibles y sensibles a todas las circunstancias personales y de salud».

El Consejo Interterritorial se reúne en Santiago en pleno debate de la mascarilla 

El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas se reunirán este viernes 7 de octubre de forma presencial en Galicia en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

El pleno se celebra en medio del debate de la posible retirada del uso obligatorio de las mascarillas en el transporte público, que ya ha sido apoyado por varias comunidades autónomas.

Sin embargo, los técnicos en Salud Pública reunidos este lunes en el marco de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta se mostraron mayoritariamente partidarios de mantener de forma preventiva la mascarilla en el transporte público.

En este cónclave únicamente los expertos de Murcia y Madrid, ambas comunidades autónomas lideradas por el PP, defendieron la retirada de esta medida de protección debido a la buena evolución de la pandemia, con una séptima ola en la que se registran más casos pero que desarrollan un cuadro clínico más leve.

Los técnicos de Salud Pública del resto de comunidades presentes en la cita abogaron por mantener el uso de la mascarilla y, en este sentido, aludieron a la prevención ante la circulación de virus que puedan conllevar infecciones respiratorias, incluida la del covid-19, como, por ejemplo, puede ser la gripe.

Un estudio madrileño apunta a un nuevo patrón de contagio del covid con infecciones de baja intensidad 

La Universidad Complutense de Madrid (UCM) tiene abierto un programa, Covid-LOT, dentro de su proyecto Anticipa-Covid19, que pretende detectar posibles cambios en la evolución epidemiológica del coronavirus. Monitorizan de manera sistemática a los miembros de la comunidad universitaria y también a otros grupos poblacionales concretos, incluidos los alumnos menores de tres años de una escuela infantil próxima para tener al menos un ejemplo de población sin vacunar.

En el último cribado detectaron una estabilización a la baja de los contagios, en torno a los 800 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, cuando en el pasado mes de julio llegaron a 5.400. Pero, al margen de esto, lo más novedoso es que los investigadores perciben «un estado de baja infectividad caracterizado por la presencia de positivos con cargas virales bajas que son aparentemente eliminadas con rapidez».

Los responsables del equipo, integrado por 42 grupos de investigación de la UCM y dos del CSIC, insisten en que se trata solo de un primer indicio en el que cabría profundizar. Más que nada porque el grueso de los participantes son personas jóvenes y vacunadas, que incluso pudieron pasar el covid con anterioridad, por lo que se les presupone «un nivel de protección inmunitario alto».

Información elaborada por A. Ferreiroa, M. X. Blanco, R. Domínguez, M. Guntín y J. V. Lado