El limbo del emigrante Albert Einstein

Jesús Carballo AMBERES

SOCIEDAD

El genio de la física y premio nobel pasó seis meses en Bélgica para escapar del auge del nazismo en Alemania, antes de afincarse definitivamente en EE.UU.

03 oct 2022 . Actualizado a las 08:45 h.

 El 28 de marzo de 1933, el físico y matemático alemán Albert Einstein, de 54 años, y su esposa Elsa amarraron en el puerto de Amberes a bordo del buque SS Belgenland de la compañía Star Line. Debido a que Hitler había llegado al poder el 23 de marzo de ese mismo año y Alemania se había inclinado hacia el régimen nazi, Einstein, de origen judío, decidió entregar su pasaporte germano, renunciar a la Academia Prusiana y hacer su última escala en Europa en tierras belgas, para después embarcarse hacia Estados Unidos y no volver jamás.

La primera parada de Einstein en tierras belgas fue en la ciudad de Mortsel, muy cerca de la capital mundial de los diamantes, donde él y su mujer descansaron sus primeros días. Concretamente en el Castillo de Cantecroy, un lujoso palacete donde compartían estancia junto con su amigo el profesor Arthur de Groodt y su esposa.

Allí estuvieron unas semanas hasta que la señora De Groodt consideró oportuno que sus huéspedes agradecerían la experiencia de vivir a pie de playa en algún punto concreto de los 90 kilómetros que perfilan la costa de Bélgica. Finalmente se decantó por el pueblo de De Haan, próximo a la ciudad de Ostende, y allí alquiló dos villas, una para ella y su familia y otra para la del Premio Nobel de Física.

Los Einstein vivían en Villa Savoyarde y los De Groodt en La Maisonette, dos casas que ha día de hoy siguen en pie a pesar de que han sufrido varias renovaciones. Posteriormente, Helen Dukas —secretaria de Einstein—, Walter Mayer —su asistente científico— y Margot Löwenthal —la hijastra— también se unirían a Einstein y su esposa.

Una estancia en Bélgica que el científico alemán que formuló la Teoría de la Relatividad disfrutó y aprovechó al máximo durante los meses que vivió allí. Fue a Bruselas, la actual capital comunitaria, donde renunció a su ciudadanía alemana y presentó su dimisión a la Universidad de Berlín. También, debido a las buenas conexiones con Inglaterra, viajó a Londres tomando un barco desde el puerto de Amberes, e incluso dio un recital de violín en el Kursaal de Ostende.

Por otra parte, durante el período que Einstein permaneció en De Haan recibió la visita de muchos escritores, académicos y artistas invitados distinguidos. A principios de agosto de 1933, el ministro de Educación francés, Anatole de Monzie, fue a Ostende para entregarle un premio al pintor belga James Ensor y, de pasó, aprovechó su viaje para conocer a Einstein. El nobel alemán también se hizo amigo del pintor flamenco Alfons Blomme. De hecho, su hijastra Margot disfrutó de las lecciones de dibujo del pintor en su villa, donde Einstein y su asistente también usaban el estudio.

Se sabe asimismo que la princesa Isabel Gabriela de Baviera, reina de Bélgica, también visitaba regularmente Villa Savoyarde. Ya se habían conocido a principios de la década de 1920, durante las conferencias Solvay sobre química y física en Bruselas, y desde entonces habían mantenido una estrecha relación con muchas cartas y visitas de ida y vuelta.

Einstein se había criado en Baviera y ella también era de ese Estado, y además ambos tocaban el violín.

El 9 de septiembre de 1933, seis meses después de su llegada a Amberes en marzo, Einstein abandona De Haan tras el asesinato del profesor judío Theodor Lessing a manos de simpatizantes nazis en Checoslovaquia. Con la idea ya entre ceja y ceja de establecerse en Estados Unidos, Einstein haría una última parada en Europa con una brevísima estancia en Inglaterra para luego navegar hasta su destino final en Nueva Jersey, donde pasaría el resto de su vida hasta que falleció en el hospital Princeton de la ciudad americana el 18 de abril de 1955, a los 76 años de edad.