La pareja reinventa el surrealismo con dos vídeos, muy criticados en redes, grabados en el museo parisino del artista catalán
26 ago 2022 . Actualizado a las 21:03 h.Tú a Sergio Ramos y a Pilar Rubio les preguntas qué es el arte y probablemente te respondan entre carcajadas que «helarte es morirte de frío». Es lo que se deduce de ese vídeo que ya es viral en el que el futbolista y la presentadora se inmortalizan junto a obras de Dalí en una actitud que roza el gamberrismo. Ramos lo ha difundido orgulloso a través de sus redes y sus haters llevan días llamándole de todo menos bonito. «Esto lo hacen mis alumnos de quince años», asegura una internauta. «La música, el acting, el diseño de producción, el guion. Obra maestra absoluta», ironiza un seguidor. «Spanish Horror Story. Han clavado la serie sin quererlo», afirma otra. «Parece un sketch de La hora chanante», bromea un tercero... Y así hasta el infinito.
La delirante performance transcurre en el Dalí París, un museo situado en Montmartre que contiene la colección de esculturas del genio de Figueras más importante de Francia. Algunos han criticado a Ramos por no quitarse las gafas de sol (ni el sombrero) en el interior de una sala de arte. Pero el postureo es lo que tiene... El actual defensa del Paris Saint-Germain posa sacando la lengua junto a las enormes tijeras que rematan El torero alucinógeno y se levanta la camiseta para demostrar que lleva tatuada en su torso la escultura de Le Cabinet Antropomorfo, exactamente la misma figura humana deconstruida en cajones que se exhibe en ese museo.
Dándose más importancia que don Rodrigo en la horca, Ramos recorre la sala mientras una entusiasmada Pilar Rubio lo graba (y se graba) con un palo selfi. El futbolista posa en cuclillas bajo las larguísimas patas del Elefante espacial, camina con cara de estar dividiendo el átomo y se detiene a consultar la hora frente a un daliniano Reloj derretido mientras suena de fondo la Gnossienne N.º.1, de Erik Satie... Nadie podrá reprocharle a la pareja que no se lo ha currado. El creativo Satie tituló esa composición musical con una palabra inventada. Y en cuanto a Dalí, es bien sabido que la irreverencia y el surrealismo siempre fueron sus principales señas de identidad.
Si lo que deseaban los Ramos-Rubio era resultar irreverentes a la par que surrealistas, desde luego que lo han conseguido, aunque por razones probablemente distintas a lo que ellos pretendían... Llevar tatuada una escultura de Dalí cuyo póster decora los salones y habitaciones de miles de casas amuebladas por Ikea no es precisamente un rasgo de intelectualidad suprema. Como tampoco lo es invertir en arte siendo millonario. Por otra parte, cuando el jugador se levanta la camiseta cuesta saber si lo que quiere enseñarnos es su tatuaje o la marca (en enormes letras amarillas) del calzoncillo Mizuno que lleva puesto. Y, para remate, el striptease no le sale gratis. En su cintura se aprecia una elocuente lorza, producto quizás de los muchos meses que ha estado chupando banquillo.
Pilar Rubio también ha colgado en sus redes un vídeo de su visita al Dalí París, pero le ha puesto de fondo el Imagine de John Lennon y ha suprimido algunas de las poses más gamberras de su chico. Aún así, es más de lo mismo. El epicentro de la performance es ella. Como diría el escritor Juan Claudio de Ramón en referencia a los que se hacen selfis frente a la Fontana de Trevi o el David de Miguel Ángel, «parece que en lugar de contemplar ellos el monumento, fuera el monumento es que les está mirando a ellos».
No podría haber mejor definición para el vídeo viral de Ramos. Ahí, más que dos famosos contemplando unas esculturas lo que hay son unas esculturas fascinadas por la visita de dos famosos. De hecho, con más de 250.000 «me gusta» registrados en las redes, los responsables del museo todavía deben de estar celebrándolo.