Según la DSA, estas empresas se enfrentan a sanciones de hasta el 6 % de su facturación global por infringir las normas, mientras que las infracciones repetidas podrían hacer que se les prohíba hacer negocios en la Unión Europea. Y a mayores, las empresas también deberán hacer frente a una tarifa anual de hasta el 0,05 % de los ingresos mundiales por cada ejercicio para cubrir los costes de monitorear su cumplimiento.
Las nuevas reglas prohíben también la publicidad dirigida a niños, así como el uso de cualquier requisito que acredite su identidad. Por otro lado, se vetan los datos confidenciales como religión, género, raza y opiniones políticas, además de los patrones oscuros, que son tácticas que engañan a las personas para que proporcionen datos personales a empresas en línea.