Beatriz Domínguez-Gil: «Los xenotrasplantes deben ser asumibles por el sistema sanitario»

DOMÉNICO CHIAPPE MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Europa Press

La directora de la Organización Nacional de Trasplantes asegura que los donantes seguirán siendo muy necesarios

09 mar 2022 . Actualizado a las 16:56 h.

Los recientes trasplantes de órganos de cerdo a humanos (de riñón en octubre y de corazón hace unos días) abre una reflexión sobre las posibilidades científicas y tecnológicas, las cuestiones éticas y el futuro de estas intervenciones. La directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil (Santiago de Compostela, 1971), analiza la situación actual, en la que «cada día hay 5.000 pacientes esperando un donante» en España. Domínguez pide «cautela por todo el camino que queda por recorrer hasta que el xenotrasplante (entre dos especies diferentes) se transforme en una realidad de nuestro día a día».

—¿Qué representa en realidad el reciente trasplante de corazón de cerdo a un hombre?

—Hace unos años el xenotrasplante parecía algo propio de la ciencia ficción, pero ahora podemos vislumbrar que podría ser factible a medio o largo plazo. Pero antes tenemos que asegurar que se realicen los estudios clínicos necesarios para evaluar la eficacia y la seguridad de estos procedimientos. Y luego habrá que determinar cómo hacer accesible este tipo de tratamientos a los pacientes.

—Apenas se cubre el 10% de la necesidad de trasplantes de la población mundial.

—En España cerca del 90 % que entra en lista de espera recibe su trasplante. Pero un 5-10% necesita un órgano vital y puede fallecer antes de que llegue. Ni siquiera los países con sistemas tan robustos como el nuestro son capaces de cubrir totalmente la demanda de órganos. El reemplazo con un órgano animal constituiría una respuesta adicional.

—¿Hay dilemas éticos en estos procedimientos?

—La indicación particular en este paciente no la conocemos, solo lo que dicen las noticias. Quizás no aparecía un órgano adecuado a sus características en un tiempo en que pudiera garantizarse su supervivencia. Pero para evaluar la eficacia y la seguridad de estos xenotrasplantes habrá que seleccionar muy bien el tipo de pacientes que se somete a esta terapia.

—Otra cuestión ética es la venta de estos órganos animales, mientras que los donantes no cobran por los suyos

—Desde el punto de vista de la comercialización, efectivamente, con los órganos animales no se plantearía lo que la OMS establece para la donación de órganos, que tiene que ser voluntaria y no remunerada. Si este tipo de trasplantes llega a desarrollarse clínicamente, nos tendremos que plantear cómo hacer para que sean fácilmente disponibles para todos los pacientes. Además, los xenotrasplantes deben ser sostenibles y asumibles por parte de los sistemas sanitarios.

—¿Hay pacientes que no pueden beneficiarse de un corazón humano y sí de uno animal?

—Me resulta difícil identificar un paciente que, no teniendo indicaciones de trasplante cardíaco humano, sí las tenga para un xenotrasplante.

—¿Cómo afectarían estos nuevos procedimientos al Programa Nacional de Trasplantes de la ONT?

—El programa tal y como lo conocemos va a seguir funcionando así durante muchos años, porque estos trasplantes con órganos animales son procedimientos experimentales de los que desconocemos los detalles técnicos.

—¿Habría que modificar la legislación actual para incluir los xenotrasplantes?

—Requerirá con toda certeza una regulación específica.

—Cómo ve el futuro, después del impulso que ha tenido esta línea de investigación con animales.

—Vamos a empezar a asistir al desarrollo de más procedimientos con órganos procedentes sobre todo de cerdos modificados genéticamente. Y creo que coexistirá el sistema convencional de trasplantes con estos avances tecnológicos.

—¿Los donantes seguirán siendo necesarios?

—Por supuesto, y hay que animar a la gente. Necesitamos seguir reforzando nuestra estructura de trasplantes.