Carolina Iglesias, comunicadora, premio Ondas: «Forraba mi carpeta con fotos de Gayoso»

SOCIEDAD

ANGEL MANSO

La comunicadora gallega disfruta de su éxito llenando teatros y desvela que por fin ha conseguido un equipo en el que disfrutar jugando al fútbol

26 oct 2021 . Actualizado a las 18:46 h.

No se preocupe si no la conoce, pregúntele a su hijo, que fue lo que hice yo. Carolina Iglesias (Oleiros, 1993), que alguna vez fue más conocida como Percebes y Grelos, está saboreando un éxito que se ha currado y que ahora le llega a borbotones. Agotaron en poco más de una hora 2.600 entradas en A Coruña y Vigo.

—¿Cómo se vive con un premio Ondas?

—Bastante bien, la verdad. No te cambia nada, pero es que aún lo estamos asimilando porque no nos ha dado tiempo a parar. Hasta que no nos lo den... Cada vez que lo pienso me dan ganas de llorar.

—Igual le pasa eso de despertarse por la mañana y pensar... ¡Anda, tengo un Ondas!

—De momento me lo digo cuatro o cinco veces al día. Se lo he dicho hasta a mi perro.

—Ja, ja. Imagino su respuesta.

—Se puso panza arriba y me dijo «Ráscame la barriga».

—Mi hijo me llama «boomer». ¿Qué opina de mi generación?

—Los máximos problemas que puedo tener con generaciones anteriores a la mía es que nos quiten valor, que nos traten con condescendencia. Nosotros hacemos lo que podemos. Se nos dijo que teniendo una carrera tendríamos un trabajo y vivimos muy precarios... pero ahí estamos, sobreviviendo. Remarcar las diferencias nos separa más que nos une.

—¿En qué está ahora?

Estoy con el podcast Estirando el chicle, que tiene un Ondas, ja, ja. Y con Estirando el chicle live, que es un show que hacemos en teatro y para el que agotamos las entradas en Galicia.

—¡Qué rico el éxito!

—Yo estoy tranquila porque está siendo como recoger lo sembrado. La primera temporada de Estirando el chicle fue toda autoproducida. Conseguir estos resultados está siendo bastante guay.

—Lleva muchos años en Madrid. ¿Era necesario para salir adelante?

Los vídeos de YouTube los podía haber hecho en cualquier otro sitio, pero yo nunca viví de esos vídeos. En realidad, casi todo lo que he hecho ha sido ir a sitios, a rodajes, a la radio. No he podido tener una vida laboral en Galicia porque me vine a Madrid con 18 años a estudiar y a hacer monólogos. Yo sigo muy unida a Galicia, pero no crea que me llaman mucho para trabajar.

PILAR CANICOBA

—Dicen que le encantaría ir a «Luar». No me lo creo.

—Se lo juro. Pero tampoco me llaman. Y no lo entiendo, ja, ja. Yo ya era superfán del programa de pequeña. Me lo grababa y lo veía.

—¡Pero si lo repiten el domingo!

—Me daba igual. Bailaba a la vez que bailaban muiñeiras en la tele... Me llamaron una vez para ser jurado de Miss Vaca, pero fue con muy poco tiempo y no pude. Me fliparía ser jurado de Miss Vaca.

—¿Qué hacer cuando a un padre su hijo le dice que quiere ser «youtuber»?

—Nada. Que lo sea. Esto es como cuando los chavales decían que querían ser futbolistas. Está bien, pero hay que estudiar antes de ser futbolista. Los youtubers son los nuevos futbolistas o astronautas. Todo el que se ha dedicado a YouTube lo ha hecho manteniendo sus estudios o sus trabajos hasta que han podido vivir de los vídeos, que es muy difícil.

—Se dice que la gente de su generación no ve la tele, pero a usted sí parece gustarle.

—Yo creo que más bien tenemos nostalgia de programas que veíamos de pequeños, que es a lo que yo reacciono. La nostalgia une mucho. En la tele actual se olvidan de generaciones a la hora de hacer formatos. Para hacer algo para gente de 30 años hay que dejar que gente de 30 años participe en el proyecto.

—¿Cuántas pruebas habría superado en «El juego del calamar»?

—¡Buf! Pocas. La primera y la de la galleta. Y luego, chao.

—¿Qué es lo que más echa de menos de Galicia?

—Mi familia y el mar. El día que nos dieron el premio me dio mucha pena no poder abrazar a mi familia. Y la comida. Aunque también pienso que es una suerte no estar allí, porque estaría como una bola. Cada vez que voy, engordo.

—¿Celta o Dépor?

—Dépor, por mi abuelo y porque soy de A Coruña.

—Leí por ahí que no le gustaba mucho hacer deporte.

—Me cuido un poco más porque tengo problemas de espalda, pero no soy muy fan de estas cosas. Aunque ahora juego al fútbol todas las semanas con mis amigas y es lo mejor que me ha pasado en la vida.

—¿Jugar al fútbol?

—Siempre he querido jugar al fútbol, pero no me dejaban. Los cabrones del patio (póngalo así) no me pasaban la pelota y, ahora que hemos juntado un grupo de amigas, me lo paso de lujo. Es que soy hasta buena.

—Dígame cuatro palabras que estén de acuerdo con su personalidad.

—Cariñosa, tímida, irónica y sensible.

—¿Qué tal se le da la cocina?

—Después de la cuarentena, bien. Pero, antes, sobrevivía, porque si no comía, me moría.

—¿Para qué quiere tener tiempo libre?

—Para ir al cine, ir a comer a algún sitio rico, tomar cañas con mis amigas, ir al teatro y jugar al fútbol, claro.

—¿Qué le gustaría mejorar de algo que ahora no hace bien?

—Quiero equilibrar la vida personal y laboral. Estoy en el camino. A veces quiero trabajar y hablar con mi madre y estar con mi novia y hablar con mi padre y mi abuela y no me da tiempo a todo.

—Cuando era adolescente ¿con qué forraba la carpeta?

—Con los de UPA Dance. Con Fran Perea y los personajes de 7 Vidas... Y con Gayoso.

—Dígame una canción.

Gritando amor de Fabio McNamara.

—¿Qué es lo más importante en la vida?

—Sentirte libre.