Jorge Vázquez: «Soy un superviviente de la moda»

Gloria Salgado MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

El diseñador betanceiro hace balance de su más veinte años de trayectoria

28 sep 2021 . Actualizado a las 10:19 h.

El taller de Ángel Schlesser fue, hace 24 años, el primer destino en Madrid del gallego Jorge Vázquez (Betanzos, 1972). Un pupilo aventajado que ya había trabajado mano a mano con Antonio Pernas.

Su talento no pasó desapercibido para un sabueso de los negocios como Javier Goyeneche. El fundador y presidente de Ecoalf, entonces en la empresa Fun & Basics, le dio la oportunidad de lanzar al mercado su propia colección. Fue aquel fatídico 11 de septiembre cuando, antes de que las Torres Gemelas fuesen atacadas, mostró las primeras prendas de su firma en el Palacio de Saldaña. Tal fue el éxito, que El Corte Inglés decidió comprar la marca para 18 centros. En aquel instante se dio cuenta de que su aventura iba en serio.

Un camino en el que hubo tanto luces como sombras. «De lo malo ya no me acuerdo, lo he aparcado en mi cerebro. Ha sido un aprendizaje», señala Vázquez en su estudio. Prefiere hablar de la suerte que ha tenido con la gente que ha formado parte de su equipo. «Gracias a ellos he llegado donde estoy», repite en varias ocasiones sin olvidar a sus padres. Le dieron un dinero para que pagara la entrada de una vivienda en Madrid y no siguiera de alquiler.

«Le dije a mi madre que lo iba a invertir en montar una colección, porque no encontraba un piso que me gustase», recuerda con emoción. «¿Estás seguro? A lo mejor te quedas sin piso, sin dinero y sin colección», espetó su progenitora. «Si me va bien, tendré el piso que yo quiero», respondió con un aplomo del que sigue haciendo gala. Y la casa llegó.

Un triunfo de un joven coruñés de Betanzos, un municipio de 13.000 habitantes, que es considerado el modista de la jet nacional. «He podido hacer una familia de celebridades y de señoras que para mi son la verdaderas influencers. Una persona que tiene medio millón de seguidores no me ayuda a vender, pero una de un cierto nivel social, sí». Un boca a boca gracias a su buen hacer que entiende de edades. «Me satisface muchísimo vestir a jóvenes como Sassa de Osma o Cari Goyanes», al igual que trabajar para clientas maduras. «Hay muchos diseñadores que no quieren a las mamás, solo quieren a las hijas, porque a una persona delgada, de una talla 38, le tiras un trapito encima, la pones un cinturón y ya está mona. Una persona con un talla 46 es más complicado que esté actual y no se vea ‘aseñorada’».

Entre sus clientas cuenta con Isabel Preysler, Naty Abascal, Eugenia Martínez de Irujo, Rossy de Palma, Bibiana Fernández, Marisa Paredes... «Gente de ideologías muy diferentes, de profesiones distintas y con estilos variados», apunta. Un listado impresionante al que le encantaría sumar a «Carolina de Mónaco, Gwyneth Paltrow y Penélope Cruz».

Primeros espadas

Su triunfo en el sector no evita que le embargue la tristeza por ser «un superviviente de la moda española». «Hace 20 años había primeros espadas. Estaba Ángel Schlesser, Antonio Pernas, Amaya Arzuaga, Miguel Palacio, Fernando Lemoniez, Carmen March, Miriam Ocariz, Josep Font, Juanjo Oliva... David Delfín empezó el mismo año que yo. Era un momento buenísimo de la moda española», rememora con tristeza. La misma que le embarga al mirar el calendario de la Semana de la Moda y darse cuenta que es «un veterano». «Me da mucha penita que toda esa gente buena no esté», lamenta.

«En España entonces había mucha cultura de moda, de vestir bien, pero ya no se valora a nivel nacional. Es un reflejo de la sociedad», dice. Algo que se podría solventar, a su juicio, con el apoyo de los grupos empresariales al textil nacional. «¿Por qué no hay una plantilla de diseñadores españoles dentro de Inditex?», se pregunta Vázquez, que en sus inicios trabajó un breve período en Zara, antes de recalcar que «hay grandes grupos que deben mucho a la moda española y podrían ayudar a que el sector no agonice».