Un símbolo de la lucha contra la ELA

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

FUNDACIÓN LUZÓN

Francisco Luzón fue presidente del Banco Exterior de España y la mano derecha de Botín, enfermando en el año 2014 y volcándose en la fundación que lleva su nombre

17 feb 2021 . Actualizado a las 19:57 h.

Su trayectoria en el mundo financiero se enmarca en el nivel más alto del sector, pero lo cierto es que en los últimos años la figura de Francisco Luzón (El Cañavete, Cuenca, 1948) se conocía sobre todo por su relación con la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). En enero del 2012, este economista se acogía a una prejubilación, dejando su puesto al frente de la división americana del Banco Santander. Poco después le diagnosticaban esta enfermedad degenerativa, y su vida cambiaba de manera radical. Atrás quedaba la gloria y el prestigio logrado tanto en la banca privada como pública. Su misión pasó entonces por volcarse en el tratamiento que, partiendo de su caso personal, le llevó a dar un paso universal con la Fundación Francisco Luzón Unidos contra la ELA.

«Lejos de rendirme, emprendí el mayor reto transformador de mi vida: crear una fundación que ayude a encontrar una cura a esta terrible enfermedad, uniendo a todos los agentes que deben estar implicados en la misma», escribía en los textos de presentación de la entidad. Ayer, la fundación compartía un comunicado destacando su humanidad y la «valiosa lección sobre la vida» que había dado Luzón. «La enfermedad nunca le arrebató la sonrisa ni las ganas de vivir y puso en marcha una verdadera carrera contra los tiempos que le imponía la ELA con un único fin: ayudar a los que como él sufrían esta enfermedad, a quienes les cuidaban y a quienes podían encontrar el remedio», resaltaba.

Dentro de esa labor, Francisco Luzón impulsó convenios para la mejora de la atención hospitalaria. En ese sentido, apeló en varias ocasiones desde su fundación a las Administraciones autonómicas y nacional para que se realizaran avances y mejoras en esta enfermedad que Luzón consideraba ocultada por los poderes públicos. También puso el acento en el empuje de la investigación para hallar nuevos medicamentos y tratamientos.

Apostando siempre por la vida, «hasta el último segundo», decía, y proyectando positividad se postuló, sin embargo, muchas veces a favor de la muerte digna, reclamando «el derecho de los pacientes de ELA a ser respetados en sus decisiones personales respecto a su vida». En una ocasión declaró: «Yo reivindico la vida por encima de todo, pero eso no me da derecho a juzgar a quienes toman la decisión contraria porque, insisto, mi máximo interés es reivindicar el derecho de los pacientes a ser respetados en sus decisiones».

En el año 2017 recibió de manos del rey Juan Carlos I la medalla Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. Fue ese mismo día cuando presentó su fundación. Entre sus proyectos se encuentra el observatorio ELA, un documento de referencia que se actualiza periódicamente con información sobre la enfermedad. También creó la llamada escuELA para formar a cuidadores y a profesionales, junto a muchas otras iniciativas.

Economista en la cumbre

Antes de todo eso, Luzón había sido un destacado banquero que participó en algunas de las iniciativas más importantes del sector en España. Educado en Bilbao, a donde llegó con cuatro años, se licenció en Ciencias Económicas en la Universidad de Sarriko en Bilbao y se enroló en el año 1973 en el Banco de Vizcaya.

En poco tiempo ascendió profesionalmente como director en la División Internacional del Banco de Vizcaya, terminando en Londres. En 1983 llevó las riendas del Banco de Crédito Comercial, adquirido por el Vizcaya, y fue nombrado consejero director general del Banco Occidental.

A los 37 años ya era director general del Banco de Vizcaya. Le siguieron cargos como consejero en Banca Catalana, Banco de Financiación Industrial y Banco Occidental. En 1988 fue llamado por Felipe González para presidir el Banco Exterior de España, en sustitución de Miguel Boyer. En 1991 lideró la Corporación Bancaria de España, que en diciembre de ese año pasó a denominarse Argentaria.

La llegada de Aznar al poder en el 1996 motivó su renuncia. Empezaba su carrera en el Banco Santander, donde fue nombrado director general adjunto de Emilio Botín. En 1999 se anunció la fusión que dio lugar al Banco Santander Central Hispano (BSCH). En 2001 fue nombrado responsable de la banca del BSCH en Latinoamérica. Allí lanzó el mayor portal universitario en lengua hispana, Universia, entró en la Comisión Ejecutiva de la entidad y se hizo cargo del grupo Patagón América.