«Non chames o avó mirando o Facebook, dálle boas conversas»: cómo ayudar a los mayores en su autoconfinamiento 

María Hermida
María Hermida REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Ramón Leiro

Miles de mayores están aislados para cumplir a rajatabla las restricciones. Los geriatras les ponen deberes. Pero no solo a ellos, también a sus familias y amigos

06 feb 2021 . Actualizado a las 12:39 h.

Luis, de 83 años y vecino de Pontevedra, podría recrearse con las tristezas que le fue escupiendo en la cara la vida. Perdió a los dos hijos que tenía por distintas enfermedades y ahora está «solo en casa y solo en el mundo». Pero Luis, como tantas personas de su generación, es un superviviente. Decidió hacerle caso a Alberto Núñez Feijoo cuando la semana pasada le pidió a los mayores que se autoconfinasen. Desde entonces, solo baja a la calle para lo estrictamente necesario. Aún así, ni su ánimo ni sus fuerzas decaen. ¿Cómo lo logra? «No paro», espeta. Luego, se explica: «Soy consciente de que si me quedo en el sofá acabaría mal, así que me muevo. Cojo el trapo y limpio, empiezo por un lado del piso y acabo por el otro, y vuelta a empezar.Tengo una gata y jugamos al escondite juntos. Solo echo de menos tratar con algún otro humano», dice con voz entrañable.

La realidad de Luis es la de miles de mayores gallegos, que se autoconfinaron en solitario o acompañados. Y que viven echando de menos las tardes en el banco con los amigos, las partidas de cartas o las visitas de sus nietos. Lo sabe bien el presidente de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría, Miguel Vázquez, que indica que el primer paso para no sentirse mal en estas semanas de restricciones tan duras, en la que se pidió a los mayores que salgan lo menos posible, «é tomar conciencia e pensar que é un esforzo que paga a pena, que imos reducir os contaxios». 

«Que chamen os parentes»

A partir de ahí, Vázquez le pone deberes a los mayores. Deben actuar en dos frentes: la mente y el cuerpo. Les pide que hagan ejercicio físico a diario, al menos media hora: «Pode ser dende andar pola casa a facer bicicleta estática, facer exercicios... E dependendo de onde vivan, se poden saír un pouco camiñar e tomar a luz solar entre quince e vinte minutos tamén é algo moi positivo para a absorción de vitamina D». Pide también que la actividad mental y social no cese, desde hacer crucigramas a jugar a las cartas pasando por llamar a los familiares: «É bo que fagan chamadas, que chamen incluso o primo segundo co que levan tempo sen falar e que se acorden dos nomes, das historias... Que fagan incluso unha lista de parentes cos que lles gustaría falar e que os vaian chamando. Ás veces poden conversar, outras compartir receitas de cociña, por exemplo, que é algo que lles obriga a pensar moito». Ahí también pone deberes a los familiares:  «Temos que darlle cada día un tempo de conversa de calidade. Non chames o avó mentres miras o Facebook, dálle boas conversas. Os maiores van a ritmo de soul e os novos de rock, hai que pensar niso e calmar as conversas».

Miguel Álvarez, gerontólogo pontevedrés, habla en una línea similar. Y señala: «Hay que ejercitar las funciones cognitivas y, lo más importante, mantener el contacto con familiares, amigos y personas cercanas». Habla, entre otras cosas, de la importancia de seguir manteniendo una alimentación equilibrada y de no perder de vista la hidratación.