Una nueva amenaza procedente del suelo se cierne sobre el clima global

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

Una investigación publicada en la revista «Nature» desvela un mecanismo que podría desestabilizar el sistema climático

04 nov 2020 . Actualizado a las 14:38 h.

La comunidad científica lleva años señalando que el aumento de gases de efecto invernadero podría desencadenar una cascada de eventos que disparen la temperatura media global por encima de los límites de seguridad, fijados entre 1,5 y 2 grados. Uno de los procesos que podrían desequilibrar el clima actual es la retroalimentación. Este es un fenómeno que ocurre con intensidad en los polos de la Tierra, especialmente en el Ártico, la zona que más está sufriendo los efectos del calentamiento global.

En el caso de los extremos del mundo, la retroalimentación está asociada al albedo, la capacidad de una determinada superficie para absorber o reflejar la radiación solar. La nieve tiene un albedo muy elevado. Devuelve al espacio el 85 % de la radiación que le llega. Ahora, la emisión de gases de efecto invernadero provoca que haya una pérdida del hielo. Cada año hay más océano al descubierto. El agua actúa absorbiendo la radiación en lugar de reflejarla. Por tanto, el calentamiento es doble. Este proceso recibe el nombre de retroalimentación positiva.

Un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications revela otra amenaza que se cierne sobre la estabilidad del sistema climático debido a este mismo proceso de retroalimentación. Si el ascenso de la temperatura media del planeta alcanza los dos grados, algo más que probable teniendo en cuenta que ya suma un grado respecto a los niveles preindustriales y la tendencia es que siga aumentando, se liberarían 230.000 millones de toneladas de dióxido de carbono procedentes del suelo. Según apuntan los autores del artículo los suelos globales contienen de dos a tres veces más carbono que la atmósfera, y las temperaturas más altas aceleran la descomposición, lo que reduce la cantidad de tiempo que el carbono pasa en el suelo. Esto intensificaría todavía más el efecto invernadero, el mecanismo que calienta el planeta. Los científicos sostienen que la cantidad de carbono liberado es más de cuatro veces las emisiones totales de China y más del doble de los EE.UU. durante los últimos 100 años.

«Nuestro estudio sugiere pérdidas sustanciales de carbono en el suelo debido al cambio climático con un calentamiento de solo dos grados y esto ni siquiera incluye pérdidas de carbono del permafrost más profundo», aseguró Sarah Chadburn, investigadora de la Universidad de Exeter y coautora. Este estudio refuerza la idea de que se puede poner en marcha un efecto dominó de acontecimientos que conducen a un escenario de consecuencias impredecibles, con una temperatura que superaría una frontera que la ciencia advierte que nunca debería cruzarse si queremos vivir en un planeta con un clima habitable.

No hace mucho, otro artículo científico que tuvo un enorme impacto señaló que las patas sobre las que se sostiene la estabilidad climática, como el Niño, el Amazonas o la corriente termohalina, podrían colapsar. Los autores del trabajo también hablan de efecto dominó y retroalimentación. Si la temperatura sube entre 1 y 3 grados, el hielo será el primer perjudicado. Desaparecerá cada verano de Groenlandia, el océano Ártico, los Alpes y el este de la Antártida. Ese retroceso del hielo tendrá a su vez efectos en las corrientes oceánicas y atmosféricas. Unos cambios que llevarían al clima a un segundo nivel, en el que la temperatura aumentaría ya entre 3 y 5 grados. Ese incremento tendría consecuencias en el Jet Stream o corriente en chorro, en la circulación termohalina, en el fenómeno de El Niño, en los monzones y en las grandes masas forestales, como el Amazonas.