La mirada de nuestras reporteras gráficas: «En un día pasas del orgullo al llanto»

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

SOCIEDAD

MARTINA MISER

Con la gente en sus casas y la agenda bajo mínimos se complica conseguir una buena portada; Martina Miser y Mónica Irago relatan su vivencia de la pandemia

03 may 2020 . Actualizado a las 08:03 h.

Ya se sabe que los periodistas no debemos ser noticia, pero en una sección como esta, en la que nos acercamos cada día a aquellos que están trabajando frente a frente con la pandemia, sería injusto obviar a los reporteros gráficos. Ellos se han convertido en los ojos de los redactores en estos tiempos de confinamiento y teletrabajo y es que, como los agentes de las fuerzas del orden, los repartidores de los servicios de mensajería o los operarios de limpieza, su trabajo está en la calle.

Desde el principio del estado alarma, las fotoperiodistas de La Voz de Galicia en Arousa, Martina Miser y Mónica Irago, se armaron con guantes y mascarilla para poder seguir haciendo su labor, esto eso, captar con la cámara lo que está pasando ahí fuera. Desde el 14 de marzo es poco y es mucho. «A veces es muy difícil encontrar la foto del día y te quedas decepcionada», comenta Irago.

La oferta informativa se ha reducido drásticamente; no hay actos culturales ni sociales, no hay competiciones deportivas y la agenda política ha quedado relegada a las vías telemáticas. Hay aplausos a las puertas del hospital y en las ventanas a las ocho de la tarde, pero, a estas alturas, es tarea ardua hacerse con una portada original. Las imágenes se vuelven recurrentes, aunque las emociones son inagotables. «En un día puede pasar de todo, del agotamiento, al orgullo y al llanto», relata Mónica, que tiene dos hermanas sanitarias y conoce en primera persona las angustias que está viviendo este colectivo. Lo corrobora su compañera de fatigas: «Chorei moitas veces, afectoume especialmente o aplauso polo falecido na Illa da Arousa».

Es el suyo un trabajo duro, no siempre reconocido como les gustaría debido al intrusismo que existe en la profesión y porque no todo el mundo entiende su trabajo. En esta crisis está siendo especialmente complicado encontrar complicidades. «La gente no quiere salir en la foto por miedo a las represalias, a que se les vea sin mascarilla o por la calle». Irago ha tenido que aguantar más de un desplante. Va en el oficio, como también van momentos satisfactorios. «Algún condutor de ambulancia e algún camioneiro si que me teñen dado as grazas porque valoran estar informados», comenta Martina.

Esta cambadesa sabe bien de la importancia que tiene la información en momentos dramáticos como este y de la necesidad de estar en primera línea para contar lo que ocurre. Ya vivió algo parecido con el Prestige, con las incendios del 2006, las inundaciones del año siguiente... «pero nunca pensei que chegaría a pasar algo como isto». Ver la ría llena de chapapote la conmocionó, reconoce, pero el covid-19 le deja unas sensaciones que ya nunca podrá borrar. «O que máis me impresionou o primeiro día que saín a traballar durante o confinamento foi o silencio na rúa», relata.

Por supuesto, tampoco faltan anécdotas para su archivo particular. Ese mismo día, a Martina se le pinchó una rueda y nos ofreció, en primera persona, la crónica de cómo apañárselas en busca de un taller mecánico durante el estado de alarma; de tanto rociar la cámara y el teleobjetivo con alcohol de romero su equipo está perdiendo color, y buscando una imagen de la playa de A Lanzada desierta se las vio con una culebra de escalera que amenazaba con enroscarse en su pie. El incidente se saldó sin consecuencias graves, más allá de un susto monumental, claro.

Dice Martina que el «quédate en casa» no solo está favoreciendo el control de la pandemia. «Os animais están mellor, agora escóitanse os paxaros e as gaivotas están impresionantes». Y es que, mientras que a la mayoría nos toca vivir esta crisis mirando por las ventanas, o por esas otras ventanas al mundo que son Internet y la televisión, ellas tienen la oportunidad de hacerlo al nivel del asfalto, lo cual les da una perspectiva mucho más real y fidedigna de lo que está sucediendo «O Salnés está sendo exemplar, a xente está a cumprir co confinamento e tomou conciencia da importancia de coidar da xente maior», comenta Martina.

Quizás sirva, también, para reivindicar el papel de los medios de comunicación frente a la vorágine de bulos y noticias sin contrastar que corren por las redes sociales, aunque nuestras protagonistas del día son pesimistas. Creen que la sociedad no valora suficientemente el papel de los reporteros gráficos y temen por el futuro de la profesión, donde los recortes económicos ya empiezan a pasar factura. «Hoy todo el mundo hace fotos», comentan. Sí, pero no como las Irago y Miser.

Las imágenes del estado de alarma que escogen nuestras fotógrafas

MONICA IRAGO

 La vida empezaba a asomar por las ventanas. Esta imagen fue la portada de La Voz de Arousa del 16 de marzo. Su autora la elige porque cree que plasma la sensación que se respiraba en aquellos días: calles vacías y un abuelo y su nieta asomados a la ventana en Vilagarcía. «Me parece una imagen entrañable y un poco ingenua, aquellos días aún eramos todos muy felices», reflexiona Irago.

MARTINA MISER

El covid-19 se adueña del Momo. Miser rompe moldes con esta foto tomada en el paseo de Vilanova. Para ella es una buena metáfora de este tiempo. No solo porque la escultura luzca mascarilla — esta en forma de vieira— sino porque el reflejo que rebota de la cabeza del rey del carnaval nos pone de frente con una demoledora certeza: nadie está a salvo de este virus letal, explica la autora.