«El impacto en las empresas ha sido terrible, pero hay que mirar al futuro»

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa OURENSE

SOCIEDAD

Santi M. Amil

Rodríguez Araújo, presdiente de la asociación del polígono de San Cibrao, vaticina una travesía de tres años para volver a valores del 2019

03 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

José Antonio Rodríguez Araújo lleva un año y seis meses al frente de los empresarios de San Cibrao. Le ha tocado liderar el colectivo ante una pandemia de efectos económicos devastadores. Su receta para salir de esta crisis con las menos heridas posibles pasa por la unidad y la liquidez económica para las empresas.

—¿Cómo ha afectado la crisis del covid-19 al entramado empresarial de San Cibrao?

—Ha golpeado con fuerza, sin duda, como a todo el tejido empresarial e industrial del país, pero también a la sociedad en general, pues es una crisis abrupta y profunda que no tiene antecedentes. Nosotros no somos ninguna excepción y nos hacemos cargo de la situación de extrema excepcionalidad que estamos viviendo, poniendo de nuestra parte toda la colaboración y cooperación de la que somos capaces para salir lo antes posible de esta imprevisible crisis sanitaria, que es la prioridad. Pero detrás viene otra crisis igual de excepcional, de consecuencias devastadoras, pero ya previsible, que es la económica. Y ahí es cuando no podemos fallar, ni como empresarios, que no lo haremos, ni tampoco como país. Como no estemos todos a una, perderemos todos. La caída del PIB en España, de un 5,2% en tan solo 15 días de confinamiento, augura el peor de los escenarios.

—¿Cuál ha sido y cuál está siendo el nivel de actividad de las empresas de San Cibrao?

—Irregular. Ahora estamos insuficientemente mejor, con un 60 % de actividad y unos 5.000 trabajadores en sus puestos, pero antes estuvimos en un 55 % o incluso en un 21 %, durante el período que se llamó de hibernación. Como se puede imaginar, el impacto ha sido terrible, pero ahora hay que pensar en el futuro. Hasta que no haya una recuperación total de la actividad industrial, no habrá recuperación. Decía que estamos insuficientemente mejor porque sin empresas no hay empleadores, sin empleadores no habrá empleados y sin empleados tampoco habrá consumidores. Este es el círculo virtuoso que tenemos que recomponer lo antes posible.

—¿Tienen una estimación de cuántos empleos se pueden quedar por el camino?

—Mi deseo, y el de cualquier empresario, es que no haya pérdida de empleos. Ese tiene que ser el objetivo, pero para alcanzarlo es necesario que las empresas obtengan ayudas para que esta crisis de liquidez no se convierta en una crisis de solvencia, que sí puede ser catastrófica, pues supondrá el cierre de muchas de ellas. Y aquí es donde las administraciones, los gobiernos, han de jugar un papel clave.

—¿En qué horizonte cree que las empresas del polígono recuperarán la normalidad?

—En términos económicos generales, si consideramos la normalidad el 2019, las previsiones apuntan que tardaremos 3 años en recuperarla. En todo caso será otra normalidad, a la que tendremos que adaptarnos, transformándonos incluso, algo que en este polígono llevamos años haciendo bien. Creo que se conjuga en exceso el verbo reconstruir cuando deberíamos utilizar más el verbo transformar, porque reconstruyendo lo que teníamos es posible que más pronto que tarde acabemos igual. —¿Cuáles han sido los sectores más castigados?

— Sin duda, la automoción y la construcción. Ambos necesitan ahora un impulso, por ejemplo, permitiendo abrir los concesionarios para dar salida a los vehículos que se fabrican. Pero alrededor del Polígono también hay un sector servicios e incluso un pequeño comercio que está sufriendo esta crisis y al que no queremos perder de vista. El plan de desescalada que se plantea para este tipo de negocios, especialmente la hostelería, es manifiestamente mejorable. En estas condiciones, con un 30% de ocupación o un 50% en la siguiente fase, será muy difícil que muchos puedan sobrevivir en un futuro.

«El acceso a la A-52 sabemos que se ha reactivado y podrá funcionar en verano»

En medio de indicadores negativos, Rodríguez Araújo quiere quedarse con la solidaridad de muchas de las firmas asentadas en el polígono para arrimar el hombro en esta crisis.

—¿Se han tomado las medidas de protección para los trabajadores en las empresas?

—Con una gran responsabilidad no exenta de esfuerzo, y pese a las carencias, todas las empresas que han retomado la actividad lo han hecho en condiciones de estricta seguridad, pero hay que tener en cuenta también que no están al 100 %, ni en capacidad de producción ni en número de trabajadores, por ello insisto en que las administraciones deberían facilitar en mayor medida ese control y prevención. Nuestras empresas, las del polígono, están dando un ejemplo en este y en otros muchos sentidos, como en el de la colaboración y cooperación para frenar el virus. Empresas como Galfor, Coasa, Adolfo Domínguez, Alcoholes Galicia, Rodríguez López, Tapimaster, el Centro Tecnológico de la Carne o Coren están aportando conocimiento y recursos.

—¿Proyectos pendientes como el Way Ourense pueden verse afectados?

—Oficialmente no tenemos ninguna información al respecto, pero dadas las circunstancias entra dentro de lo posible que los plazos se puedan ver afectados de alguna manera. Sin embargo, sobre otros proyectos, como el acceso de la A-52, sabemos que se ha reactivado y podrá entrar en funcionamiento en verano.

—¿Cómo asociación que le pide por encima de todo a las administraciones?

—Que haya una apuesta clara por la creación de empleo, por las medidas que fomenten la actividad económica y la inversión, porque lo que nos sacará de esta crisis es precisamente el trabajo y la actividad empresarial.