El mes y medio en el que todo cambió

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

ANA GARCIA

Autónomos y empresarios con actividad relatan cómo han vividos estas semanas

26 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace mes y medio, en las primeras horas del primer confinamiento, las cosas ya iban (evidentemente) mal para sectores que, de repente, se veían menguada o su actividad trastocada de manera drástica (al menos, no prohibida). Con la excepción de la alimentación y poco más, la fuerte caída de ingresos empezaba a vislumbrarse. La Voz contactó entonces con algunos autónomos y empresarios que podían trabajar (las peluquerías estaban en pleno debate sobre la asistencia en el local a determinados colectivos) y que empezaban a ver otro panorama, y eso que entonces solo se hablaba de los primeros quince días.

Aquellos mismos profesionales relatan ahora cómo les está yendo, lo que ven en el día a día. La panadera Tania Suárez, por ejemplo, que trata todos los días con sus clientes, ha ido constatando cómo el miedo al contagio ha ido a más, y por eso las mascarillas, los guantes y las distancias en la entrega del dinero ya no son opciones, son necesidades.

Desde la empresa Horbesa mantienen las obras, pero las escrupulosas exigencias reducen bastante la productividad. Los autónomos se quejan de la ausencia de ayudas para los sectores esenciales, o la maraña administrativa si se piden, los aplazamientos, la imposibilidad de justificar pérdidas si se cotiza por módulos. Cada caso es diferente, y cada día empieza a serlo también.

«Cremos que poden pechar 20.000 negocios»

La peluquera vimiancesa Irina Salgado, como coordinadora en A Coruña de la Plataforma de Peluqueros Unido de España, dedica muchas horas analizar su sector y a preparar un protocolo de medidas de seguridad para los negocios y los clientes. Y también va viendo cómo están las cosas (nada bien). «Cremos que poden pechar 20.000 negocios en toda España», tal y como se han puesto las cosas.

Tania Suárez, panadera: «Hai xente que conxela e véndese máis fariña»

Tania Suárez tiene, con su familia, la panadería Élida Mesejo de Carballo. Trabaja en el despacho y con la furgoneta. Su sector, obviamente esencial, no ha dejado de trabajar, aunque en este mes y medio algunas cosas han cambiado: «As vendas soben ou baixan, depende do día. Hai xente que conxela o pan varios días, tanto na zona rural como na urbana, máis ca antes. E vendemos máis fariña e máis lévedo, porque tamén hai máis xente que se anima a preparar o pan na casa», resume. En el despacho ha incrementado los pagos por tarjeta; en la furgoneta, como siempre.

Tania Rodríguez, vendedora de pescado: «Traballamos moitas máis horas e gañamos menos»

Tania Rodríguez, de Malpica, es vendedora de pescado. Por las mañanas, en su furgoneta por la zona, y por la tarde ahora debe desplazarse también, aunque antes los compradores venían a Malpica. Y las tardes le daban más de la mitad de los ingresos: «Ahora traballamos moitas máis horas, porque hai que desprazase máis, e gañamos menos. Estamos case de 8 da mañá a 11 da noite», explica. Y los gastos no han bajado ni desaparecido, al contrario, y las ayudas, cero. Por otro lado, ella fue previsora al comprar mascarillas, porque ha habido problemas para conseguirlas.

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Jose Manuel Pose, gasolinero: «Como isto siga así, pasarémolo mal todos»

Jose Manuel Pose lleva, con su mujer Hermencina, la gasolinera Meroil de O Capelán, en Coristanco. Es de las que tienen el gasóleo más barato en la zona, según el portal oficial del Ministerio, además de carga eléctrica y de gas, pero no hay clientes: «Se isto segue así máis tempo, pasarémolo mal todos», augura. Como los clientes han bajado mucho, (al menos la construcción se ha reactivado algo) también han reducido su horario: abren más tarde, cierran antes.

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