El fenómeno oceánico que tumbó imperios

SOCIEDAD

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En 1812 y en 1941 un evento que tiene lugar en el Pacífico frenó las ansias de dos famosos consquistadores

21 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A comienzos del siglo XX, Gilbert Walker, un inglés sin formación científica pero con una habilidad especial para las matemáticas, fue enviado a la India para estudiar los monzones, el régimen de precipitaciones que nutre de vida a la región. El gobierno británico estaba muy preocupado por las terribles hambrunas y la crisis en la economía del país que provocaba la ausencia de agua en la temporada de lluvias.

Walker comenzó a recopilar datos de temperatura y presión de todas las estaciones del planeta por medio de la correspondencia. Sus investigaciones revelaron datos valiosos. En los primeros artículos describía la existencia de una oscilación de presión en el Pacífico. Cuando aumentaba en la parte occidental del océano disminuía en la oriental y viceversa. Esas variaciones causaban importantes efectos en las temperaturas y las lluvias de los países que bañan el Pacífico. Walker la bautizó como Oscilación del Sur y años más tarde sería renombrada como El Niño por los pescadores peruanos porque el fenómeno aparece durante Navidad y tiene impacto negativo en el sector pesquero ya que inhibe los afloramientos costeros. Walker había descubierto las teleconexiones atmosféricas y el evento natural que tiene más influencia en el clima de la Tierra que tiene además mucha historia, tal y como demuestran los eventos de 1812 y 1941.

En junio de 1812 Napoleón invadió Rusia. Su primer error fue caer en la trampa de la estrategia de la tierra quemada del Zar Alexandre I. Aún así sus tropas resistieron y el emperador francés acabó conquistando Moscú. Pero en la capital cometió otro error, retrasar su regreso hasta mediados de octubre mientras negociaba un tratado de paz con los rusos, que prolongaron las negociaciones a propósito. Las tropas napoleónicas abandonaron Moscú con cero grados pero por el camino se toparon con el invierno y las temperaturas cayeron hasta los 40 grados bajo cero. De los 400.000 soldados que entraron en Rusia salieron del país solo 10.000.

En 1941, 129 años después, en plena Segunda Guerra Mundial Adolf Hitler cometió el mismo error cuando trató de invadir la Unión Soviética, subestimar al «general invierno», que es como los rusos llaman a la estación gélida. Un alto cargo del ejercito nazi llegó a informar a Hitler de que el frío estaba a punto de consumir todos los recursos humanos.

Ahora se sabe que El Niño provoca inviernos muy fríos en el este de Europa y que las estaciones invernales de 1812 y 1941 fueron extremadamente severas por el efecto del fenómeno oceánico, que durante aquellos años se desarrolló de forma intensa. Por ello algunos historiadores aseguran que fue El Niño y no lis rusos quien venció a Napoleón y Hitler.