María Elisa Pérez: «O que boto de menos é ir tomar o aperitivo»

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA

SOCIEDAD

jorge parri

Esta carnotana reconoce que el confinamiento apenas le cambió sus costumbres

17 abr 2020 . Actualizado a las 18:14 h.

El confinamiento decretado por el Gobierno español hace más de un mes no alteró prácticamente la vida ni las costumbres de la carnotana María Elisa Pérez González, una mujer de 72 años que vive sola en el centro de la localidad desde hace unos 15 años, cuando murió su madre.

Elisa Pérez tiene problemas de movilidad debido a su salud. Además es una persona de riesgo por lo que prácticamente sus salidas a la calle son más bien escasas y cortas.

La soledad es su principal compañera en este encierro, aunque era también en su día a día, pues «estaba practicamente sola». Y eso que al ser de una familia numerosa -tiene siete hermanos- el bullicio en su domicilio era constante y ahora lo echa de menos, pues no tiene hijos.

La familia más cercana son dos hermanas, una de ellas que vive en la localidad y otra en Santiago pero que está pasando el confinamiento en la casa familiar, «fronte á miña. O contacto que temos é a través da ventá. Saímos a falar todos os días, pero non podemos estar xuntas. Co que me gusta a min a xente e comer todos, pero non pode ser». Sus limitaciones físicas le impiden moverse con soltura, aunque de vez en cuando va a la antigua casa de su madre a dar un corto paseo por la huerta, que está a unos pocos metros de su apartamento.

Del encierro afirma: «O levo bastante ben. Fáltanme os paseos que facía pola vila. Ir á misa era unha das miñas saídas coas amigas. Tamén o que boto de menos é ir a tomar o aperitivo».

Bicicleta

La vida cotidiana para esta carnotana «é moi simple. Leo, vexo algo a televisión e fago bicicleta e sobre todo, saio á ventá a tomar o sol e ver a rúa e falar con miña irmá que está na casa de enfronte». No tiene Internet y su contacto con el mundo exterior es «un teléfono vello para saber da miña xente».

Una de las pocas alegrías que le quedan es salir una vez a la semana a la calle. «Non é para pasear, senón que é para ir á farmacia aos medicamentos e ao supermercado. Un sobriño ofreceuse, pero prefiro facelo eu pois senón non saio das catro paredes da miña casa».

Elisa Pérez regresa a su ventana para ver pasar el tiempo y los escasos vecinos que salen a la calle con los que charla un rato antes de meterse en su rutina.