Al súper a por comida, y algo más

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

Santi M. Amil

Traficantes de droga y consumidores también se adaptan al estado de alarma

10 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El estado de alarma ha cambiado el escenario habitual en el que se mueve el tráfico de drogas en la provincia de Ourense. La restricción de los movimientos que afrontan los ciudadanos afecta también, como no, a quienes se dedican a la venta de sustancias estupefacientes así como a quienes consumen habitualmente esas drogas, y tanto unos como otros se han visto obligados adaptarse a las nuevas circunstancias, porque de lo que no hay duda, y esto lo saben bien las autoridades policiales, es de que quienes consumían antes de que se decretase el estado de alarma, lo siguen haciendo.

«Los métodos son distintos, la gente utiliza toda la genialidad que puede para evitarnos», explican desde la comisaria de Policía de la capital, donde reconocen que las excepciones para salir de casa que permite el estado de alarma son el hueco por el que aprovechan para colarse quienes necesitan aprovisionarse de heroína, cocaína o hachís. Así, en las últimas semanas se ha detectado intercambios de sustancias en las inmediaciones de farmacias, panaderías y también en supermercados, lugares en los que, aunque ellos no se percaten, existen en muchos casos cámaras de vigilancia, por lo que en muchos casos se graban este tipo de conductas ilícitas.

En estas circunstancias, el modus operandi al que se aferran vendedor y comprador es al de, tras fijar la cita por teléfono o en el modo en el que lo venían haciendo habitualmente, tratar de disimular sus actos ilícitos llevando una bolsa de la compra o una barra de pan bajo el brazo. Eso sí este tipo de acciones levantan a menudo las sospechas de los agentes policiales que vigilan las calles, que siguen realizando actas de intervención de sustancias a consumidores que localizan en la vía pública.

Ello a pesar de que ahora el grupo de estupefacientes ha reducido el número de agentes porque muchos de ellos se han destinado a reforzar la seguridad ciudadana y la vigilancia necesaria en la situación de estado de alarma en la que se encuentra el país. Pese a todo, se sigue vigilando el tráfico de drogas en la ciudad y denunciado a quienes cometen actos relacionados con esta actividad. «Si hay evidencias se que se está cometiendo un delito, se actúa», advierten desde comisaría.

Eso sí, se constata ahora que los consumidores se han visto obligados a adquirir mayores cantidades de sustancia cada vez que salen de su casas, quebrantando el confinamiento, mientras que antes era frecuente que se compraran cantidades pequeñas, en previsión de ir adquiriendo más día a día, en función de las necesidades.

Y aunque hay menudeo en zonas públicas de toda la ciudad, el barrio de Covadonga se mantiene también como el gran supermercado de la droga de la capital de As Burgas y hay constancia de que muchos consumidores se siguen trasladando a esta zona para comprar; se han detectado desplazamientos, incluso e taxi, para este destino, si bien hay otro cambio sustancial en todo este mundo desde que se ordenó el confinamiento de la población: la subida de precios.

Y esto ocurre porque ante la imposibilidad, o por lo menos una dificultad considerable, que tienen los traficantes para mover las sustancias de unas ciudades a otras, se ha reducido la cantidad disponible y la ley de la oferta y la demanda ha dicho la última palabra. Fuentes policiales aseguran que en los últimos días el precio tanto de cocaína como de heroína y hachís se ha disparado.

Entre cinco y diez euros más

Y tanto es así que se calcula que los costes se han incrementado entre 5 y 10 euros en las tres sustancias. En el caso de la cocaína, se vendía antes del estado de alarma en 61 euros el gramo y 22 euros la dosis, de unos 225 miligramos. La heroína, por su parte, suponía un desembolso para los consumidores de 52 euros el gramo, mientras que la dosis, de unos 120 miligramos, constaba 13 euros; en cuanto al hachís, lo que más se consume en Ourense, venía costando el gramo en torno a los seis euros. Ahora todos esos precios se han incrementado por las escasez que existe tras cuatro semanas de confinamiento, y no se descarta que la tendencia al alza se mantenga.