La vida se abre paso en casa y sin previo aviso entre batas y máscaras contra el coronavirus

SOCIEDAD

La Voz

Una unidad medicalizada del 061 celebra el éxito de un parto de nalgas en un domicilio de Vigo

09 abr 2020 . Actualizado a las 11:35 h.

Los partos de nalgas son casi siempre complicados. Pero si se le suma que la vida asoma en un cuarto piso sin ascensor, que en lugar de un paritorio el escenario es una habitación y una cama, y que el confinamiento y el coronavirus son elementos imposibles de olvidar en estos momentos, la vida del vigués que ayer vio la luz en la calle Uruguay cobra una diferente dimensión.

A la madre, una mujer de 42 años, le sorprendieron los movimientos definitivos de su segundo hijo sin poder desplazarse al hospital. Fue la doctora Luisa Gorjón, una enfermera y los dos técnicos de la ambulancia medicalizada del 061 los que le llevaron parte del hospital a casa. Vestidos como marca el protocolo en estos días, con buzo, gafas, máscaras, mascarillas botas y guantes asistieron a la expulsión del bebé, que ya se había abierto paso. Maniobras precisas para solventar la posición de nalgas del pequeño y en un instante la vida se manifestó en un llanto inmediato. «Fue una gran emoción ayudar a traer una vida, y más ahora, cuando todo parece gris en el contexto del coronavirus», manifiesta la doctora sobre el que ha sido su primer parto y su primer servicio en la jornada de ayer. Corte de cordón umbilical, protección térmica y piel con piel entre madre e hijo para sellar un vínculo que les unirá para siempre con el fondo de una vida que empezó a contar en el mundo exterior cuando todos sus vecinos, los demás habitantes del país y medio mundo se resguardan en sus casas para evitar el peligro.

Madre e hijo fueron bajados por la escalera en una silla especial hasta la ambulancia y de allí al Álvaro Cunqueiro de Vigo, el marco hospitalario en el que la doctora, pese a su satisfacción y emoción, defiende que tienen que nacer todos los niños. «Lo de nacer en casa es de otra época. Puede surgir cualquier inconveniente y no hay lugar más seguro para resolverlo», dice, aunque ella y su equipo contribuyeron ayer a dar luz a otro día gris.