Las psicólogas Sandra Izaguirre e Isabel Cabado han impulsado «Retazos de colores», un cuaderno en el que niños de 5 a 10 años cuentan e ilustran los sentimientos que les provoca el COVID-19
04 abr 2020 . Actualizado a las 13:00 h.Martina es una niña ferrolana de 10 años en cuya cabeza se ha desatado una marea de emociones a causa del coronavirus y el confinamiento: alegría, felicidad y paz, porque está más tiempo en casa y tiene confianza en que «todo va a salir bien», pero también tristeza, nostalgia, pena o miedo. Leo tiene 5 años y vive la situación con angustia, porque su madre es enfermera y constantemente le pregunta si tiene guantes y mascarillas. Y Manuel, de 6 años, está convencido de que todo «volverá a ser como antes» si utiliza su «arma secreta»: lavarse mucho las manos.
Ellos mismos lo cuenta, a través de dibujos y palabras, en Retazos de colores -o Retrincos de cores-, una publicación bilingüe y en formato digital que recientemente ha difundido el Colegio Oficial de Psicoloxía de Galicia, a través de su web (Copgalicia.gal), con el objetivo de ayudar a los más pequeños a descubrir y reconocer sus emociones en estos días de incertidumbre y confinamiento. «Los que sabemos mucho de emociones creemos que dibujar y escribir es el mejor modo de hacer que los problemas se hagan cada vez más pequeños. Así podremos dominarlos», les dicen a los niños en la presentación del libro las dos psicólogas impulsoras del proyecto, la ferrolana Sandra Izaguirre García y la coruñesa Isabel Cabado Fidalgo.
Izaguirre, con consulta en la calle del Sol, explica que esta pequeña publicación se presenta como un «cuaderno emocional» en el que un total de seis niños expresan los sentimientos que ha despertado en ellos el coronavirus a través de dibujos y palabras, se invita a otros pequeños a hacer lo mismo en sus casas y se ofrecen «brújulas de orientación» a los padres y tutores para auyudar a sus hijos en estos duros momentos. «A veces ponemos mucho énfasis en que coman bien o hagan las tareas del colegio, pero las necesidades afectivas son igual de importantes y no se deben descuidar», anota Izguirre.
Por eso, en Retazos de colores, Sandra e Isabel aconsejan dedicar tiempo a jugar y hablar con los niños; ayudarles a descubrir el significado de palabras como «empatía», «solidaridad» o «respeto»; imponerles límites y normas; hacerles partícipes de las tareas domésticas; hablarles del virus para saber cómo se sienten y, sobre todo, intentar ser un buen referente para que ellos aprendan a gestionar sus emociones. «El ejemplo de vuestra actitud ante el miedo, la ansiedad, la tristeza o el enfado resultará fundamental para que puedan lograrlo. Vuestra respuesta ante los obstáculos y dificultades será su modelo», exponen a los padres las dos psicólogas en las «brújulas de orientación». Además, Izaguirre apuesta por hacer de la resilencia -la capacidad del ser humano de hacer frente a las dificultades- una fiel «aliada» para lograr que los niños se sientan valiosos e importantes.
Dos profesionales preparadas para actuar en catástrofes
El cuaderno Retazos de colores ha salido a la luz de la mano del Grupo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias (GIPCE), al que pertenecen Isabel Cabado y Sandra Izaguirre. Se trata de un colectivo surgido en el año 1996, a raíz de los movimientos sísmicos de Lugo y Ourense, y que en el año 2004, a partir de los atentados del 11-M, experimentó un salto cualitativo y cuantitativo, generando una red de profesionales capaces de dar una respuesta eficaz en este tipo de situaciones las 24 horas del día y durante los 365 días del año en Galicia. El GIPCE tiene un convenio con la Xunta y actúa en situaciones como inundaciones, naufragios, desaparaciones, accidentes, secuestros... Y por supuesto, también está actuando en estos momentos de alerta sociosanitara.