Un santuario vegano separa a los gallos de las gallinas para impedir que «las violen»

La Voz

SOCIEDAD

Las integrantes del colectivo Almas Veganas aseguran los huevos son «tortura» y que «no es natural comerse a nadie»

09 sep 2019 . Actualizado a las 18:00 h.

La asociación de activistas Almas Veganas se ha convertido en las últimas horas en protagonista de una polémica después de su participación en el programa Todo es mentira, donde sus integrantes explicaron por qué consideran que comer huevos constituye una forma de tortura.

La agrupación se convirtió en centro del debate por un vídeo que colgaron en sus redes sociales explicando que en el santuario donde mantienen a animales rescatados han tenido que separar a los gallos de las gallinas para impedir que estos «las violen».

«Podemos deducir que la gallina no quiere ser montada por el hecho de que intente huir y sea herida, a veces de gravedad, por los espolones de los gallos», puntualizan las integrantes en un vídeo posterior para explicar su postura y responder a la polémica suscitada. «A quienes crean que es su forma natural de relacionarse, queremos decirles que queda poco de natural en los animales seleccionados genéticamente y que la mayoría de las aves tienen épocas de reproduccion y cría y no todo el año, como sucede con las gallinas debido a esta selección».

«Los huevos son de las gallinas. Es su menstruación», reivindican. 

 

Las integrantes de Almas Veganas, que se expresan con lenguaje inclusivo porque no creen «en el binomio hombre-mujer», aseguran que las granjas son «campos de concentración» para los animales. «Hay más animales en granjas y mataderos que personas en el mundo», denuncian.

Aseguran que ningún animal es un producto y que este sistema es culpa del capitalismo: «Nos lleva a utilizar productos que no necesitamos para nada, porque no necesitamos animales ni para comer ni para vestir». Y aclaran: «No es natural comerse a nadie», 

«A las gallinas las utilizamos para comer su carne y robarles sus huevos», y aseguran que, como consecuencia de la puesta intensiva, los animales se descalcifican.

Para ellas, las granjas ecológicas no son la solución al problema, porque unos mejores cuidados no justifican su «cosificación» y «asesinato».

Argumentan también que la alimentación carnívora está directamente relacionada con la deforestación amazónica: «Es ilógico que se esté quemando el Amazonas, miles de hectáreas, para darle de comer a vacas que se va a comer la gente. Si plantaras directamente plantas para que coma la gente no necesitarías deforestar».