¿Por qué no hay mareas en el Mediterráneo?

SOCIEDAD

La intensa marea viva de estos días permite que Orzán y Riazor sean una sola playa durante la bajamar.
La intensa marea viva de estos días permite que Orzán y Riazor sean una sola playa durante la bajamar. X.F

Estos días, con luna nueva, el recorrido del agua entre la bajamar y la plaemar supera los cuatro metros en la costa gallega

03 ago 2019 . Actualizado a las 10:09 h.

Gracias a Isaac Newton y a Albert Einstein la ciencia sabe hoy qué es y cómo funciona la gravedad. La Luna, un cuerpo bastante grande al lado de la Tierra, interactúa con nuestro planeta a través de ella. Pero lejos de lo que se pueda pensar tiene una influencia muy discreta. La gravedad representa la más débil de todas las fuerzas de la naturaleza, trillones de veces más débil, por ejemplo, que la electromagnética, que se encarga de iluminar el mundo.

Por ello, aunque la Luna y la Tierra son casi un sistema planetario doble, el influjo es mínimo. Desde luego no afecta en absoluto a los seres humanos, en ninguna de sus condiciones. La única huella de la gravedad del satélite se encuentra en los océanos, que abarcan el setenta por ciento de la superficie terrestre. La Luna puede atraer grandes masas de agua hacia ella y generar un desnivel. En el caso del Atlántico hay un punto situado en el centro, llamado anfidrómico, a partir del cual circula una onda, conocida como Kelvin, que cuando toca la costa permite que el agua suba y baje.

En el Atlántico existe un punto a partir del cual circula la onda que genera las mareas
En el Atlántico existe un punto a partir del cual circula la onda que genera las mareas

Pero la gravedad lunar es tan escasa que, en realidad, las mareas solo se dan en los grandes océanos del mundo. No se producen en lagos ni tampoco en los mares de reducido tamaño, como el Mediterráneo, donde no existe ese punto de creación. El recorrido que hace el agua es nulo comparado con el de las costas gallegas. La diferencia máxima entre la pleamar y la bajamar en un arenal del Mediterráneo apenas llega a 30 centímetros. Una cifra insignificante frente a los más de cuatro metros que alcanza en las playas de la comunidad.

La marea viva de estos días es bastante intensa en Galicia ya que la Luna se encuentra en fase nueva. En esta alineación, el satélite se sitúa en el medio. La fuerza del Sol y la Luna no solo se suman sino que el tirón gravitatorio se produce en una única dirección, al contrario que en la fase llena, cuando la Tierra ocupa el medio y la estrella y el satélite atraen en sentidos contrarios.

Lo que sí hay en el Mediterráneo es mar de viento y también marea meteorológica. La presión atmosférica actúa sobre el mar. Las altas presiones frenan su avance y las bajas lo intensifican. La relación es de un centímetro por cada milibar. Considerando 1.013 como la presión estándar, con un anticiclón de 1.036 milibares habría que restarle quince centímetros a la marea astronómica.

Precisamente, la escasa influencia del anticiclón de las Azores, que esta semana tiene una presión de solo 1.024 milibares, puede explicar también por qué el agua sube y baja con tanta intensidad. En la ensenada coruñesa, la bajamar permite estos días unir a Orzán y Riazor en una sola playa.