Usar o no usar el móvil en los conciertos

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN

SOCIEDAD

ASISTENTES AL CONCIERTO DE ALEJANDRO SANZ EN A CORUÑA GRABANDO LA ACTUACION CON SU TELEFONO MOVIL
ASISTENTES AL CONCIERTO DE ALEJANDRO SANZ EN A CORUÑA GRABANDO LA ACTUACION CON SU TELEFONO MOVIL CESAR QUIAN

Las medidas extremas adoptadas por Bob Dylan en Santiago para que la gente no pudieran encender los «smartphones» ponen una vez más sobre la mesa el debate

01 may 2019 . Actualizado a las 12:49 h.

Ir a un concierto y, cuando suena la canción mítica, sacar el móvil y grabar. Ir a otro y, al establecerse la conexión total con el artista, de pronto perderla porque entre el espectador y el artista se interpone la pantalla del smartphone de otra persona. Son las dos caras de una moneda en la que se pueden ver reflejados la mayoría de los asistentes a conciertos. Falta otro punto de vista, el del artista. «O ideal como músico é que non existisen os móbiles, pero creo que estamos nun punto no que é imposible parar iso», señala Xosé Manuel Budiño.

No piensa así Bob Dylan. El pasado lunes, durante su concierto en el Multiusos Fontes do Sar de Santiago, puso todo de su parte para evitar el paisaje de decenas y decenas de pantallas encendidas filmando su pase. Además de los carteles en los que se indicaba la prohibición del uso del móvil, el personal de seguridad se dedicó a pasear por el recinto impidiendo tomar fotos o grabar vídeos. Lo hicieron con tal celo que incluso prohibieron que la gente encendiera el teléfono para contestar el WhatsApp.

Esmerarte, la productora que se encargó del concierto, indica que fue una exigencia del artista. Desde hace años mantiene una relación incómoda con las cámaras, acrecentada ahora con los smartphones. No es el único. Ramón Barros, promotor y gerente de Cávea recuerda el caso de Robe Iniesta, cantante de Extremoduro. «Hicimos sus conciertos en A Coruña y Vigo el año pasado y nos exigió que controlásemos los móviles. A mayores, llevaba su propio personal de seguridad para ello. Avisaban personalmente al público y se advertía por megafonía que no se podía usar el móvil».

El año pasado era Jack White el que anunciaba una gira «libre de teléfonos». El cantante de The White Stripes propuso así una «experiencia 100 % humana» obligando a guardar los móviles en una funda diseñada para impedir la grabación. También se hizo viral el momento en el que, en uno de sus conciertos, Adele se dirigió a un fan que la grababa: «¿Podría dejar de grabar? Porque estoy en directo y te lo estás perdiendo», le dijo.

«Como público yo eso lo respeto. Nunca grabo o saco fotos. Entiendo que es sacar magia del directo de su contexto», explica el cantante vigués Eladio Santos, de Eladio y los Seres Queridos. El lunes se encontraba entre el público de Bob Dylan. Sin embargo, cuando es él quien se encuentra sobre el escenario, su postura es diferente: «A mí no me importa en absoluto... Es más, me gusta. A veces pido que me etiqueten para poderlo ver yo luego». Budiño recuerda una experiencia reciente y reveladora en Nueva York: «Tocaban Radiohead e fun a velos nun espazo de 22.000 persoas. Cando pensaba que ía ser unha marea de móbiles sorprendeume que ningún fan estaba con teléfono, que a xente só gozaba sen mais».

Quizá se trate de actuar «con sentidiño» y que «todo el mundo pueda hacer su foto de recuerdo en un concierto», señala el periodista musical Tito Lesende. «Yo suelo hacerlo. Son dos minutos y luego guardo el móvil. Curiosamente, en el recital de Bob Dylan en Santiago distraían más los constantes avisos de seguridad que la propia luz de los teléfonos. No sé qué habría pasado si no se hubiera impuesto este toque de queda tan severo. A lo mejor habríamos vuelto a ver a Dylan entre un bosque de brazos con teléfonos y cotorreo. Ante la duda, prefiero lo del lunes».

En el fondo, la cultura del significarse y el acreditar haber estado en los sitios en las redes sociales interfiere en el disfrute real de las cosas. «La gente debería dejar el móvil y disfrutar, que es de lo que se trata. Vas a disfrutar del concierto, no a retransmitirlo», opina la promotora Carlota Ojea. «El uso del móvil es molesto para el artista, pero también para la persona que tienes a tu lado», concluye.