La ilusión de tocar por primera vez a un Rey Mago

La Voz

SOCIEDAD

Sus Majestades fueron recibidos en decenas de cabalgatas por una multitud que inundó las calles de ciudades como A Coruña y Vigo

06 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Para muchos era su primera vez. Otros los habían visto antes, pero no los habían tocado. Sus Majestades de Oriente, esos reyes que más que monarcas son magos, se multiplicaron ayer para acudir a las decenas de cabalgatas convocadas en los distintos pueblos y ciudades de Galicia. Y hubo quien pudo extender la palma de su mano sobre el cristal en el que Melchor llegó al estadio de Riazor, en A Coruña, para chocar la palma abierta del monarca envuelta en un guante blanco. Probablemente no olvidará jamás el gesto. Igual que muchos de los niños que ayer acudieron a la cabalgata coruñesa, una de las más multitudinarias que se recuerdan en la ciudad. No hay duda de que el tiempo ayudó.

Lo mismo que lo hizo en Vigo, donde unas enormes figuras creadas con globos asombraron a las más de 150.000 personas que asistieron al desfile. Había un enorme dragón de más de treinta metros de largo con cuatro cabezas, una bandada de flamencos, un batallón de payasos, gigantes, cabezudos, personajes de cuento... Media docena de policías vestidos de gala a caballo formaban parte de un dispositivo de seguridad que movilizó a cerca de un centenar de agentes y a más de 300 voluntarios de diferentes colectivos como Protección Civil o la Cruz Roja para escoltar a los Reyes, además de proteger al público.

También hubo flamencos en Pontevedra, donde las carrozas discurrieron por todo el casco urbano. Para llegar a Ferrol, los Magos prefirieron el barco. Desde el puerto interior de la ciudad llegaron al barrio de Ultramar para protagonizar una cabalgata centrada en personajes y obras de la literatura clásica. Hubo referencias a Romeo, su amada Julieta, el Quijote, cuentos de Las mil y una noches o 20.000 leguas de viaje submarino.

No querían en Cambados que sus majestades se fueran con hambre y, probablemente por eso, en medio de la fanfarria también desfiló un gran roscón, de Reyes, claro. No hubo más sorpresas que la del interior del pastel porque ayer durante las cabalgatas no hubo incidentes graves.

Ángel Manso