«Él está feliz, fue un paso muy positivo»

Javier Becerra
JAVIER BECERRA REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

La madre de un niño trans de Santiago cuenta su experiencia cuando se cumplen dos años desde la publicación del protocolo educativo sobre identidad sexual

01 oct 2020 . Actualizado a las 16:26 h.

Ocurrió en enero. El hijo de Isabel Noya, de 14 años, le dijo que aunque había nacido niña se sentía un varón. También lo comunicó en su instituto, en Santiago. «Explicó lo que le ocurría, se pusieron en contacto con el servicio Quérote y nos dijeron que se trataba de un caso de transexualidad», recuerda la madre. Fue una sorpresa. «Totalmente», dice. O no tanto. «Algo sospechas, pero no lo contemplas del todo, no piensas en eso», añade la madre.

Como suele ocurrir en la mayoría de los casos, estos padres se encontraron ante la ignorancia total de la nueva situación que les tocaba vivir. «No conocíamos ningún caso, solo artistas. Fue algo de descubrirnos de golpe», indica. Se pusieron en contacto con la Asociación de Familias de Menores Transexuales (Arelas), se informaron y dieron el visto bueno a que se aplicase el protocolo educativo para garantir la igualdad, la no discriminación y la libertad de identidad sexual. Lo publicó hace dos años la Xunta a instancia de las asociaciones afectadas. «Lo impulsamos y lo redactamos nosotros», recuerda Cristina Palacio, presidenta de la entidad.

Este documento, de obligado cumplimiento por la comunidad escolar una vez se pone en marcha, recoge aspectos como que hay que referirse al menor por su nuevo nombre aunque no se lo hayan cambiado legalmente. También que se le debe permitir ir al servicio del sexo de su nueva identidad. Para Isabel ha sido una herramienta perfecta para canalizar el cambio: «Hay una pauta para seguir y hay que hacerla, lo que se lo pone más fácil. En nuestro caso en el instituto ha sido todo estupendo. En lo sanitario, también. Él está feliz, fue un paso muy positivo», señala.

«No cambió nada. Bueno, sí, la forma de vestir y el nombre. Pero el resto sigue igual» Advierte la presidenta de Arelas que es importante dar charlas e informar en los colegios e institutos. «En los centros en los que no se forma al alumnado suele haber acoso. En los que se hace esa labor informativa, los alumnos lo entienden. No hay problemas». Isabel lo certifica con su hijo. Cuando se cumplen cuatro meses desde que entró en instituto como chico no ha tenido ninguna contrariedad: «Sus compañeros han reaccionado muy bien. No cambió nada. Bueno, sí, la forma de vestir y el nombre. Pero el resto sigue igual».

En este caso, el punto de partida es el de un niño totalmente decidido, que tranquilizaba a sus progenitores: «Él lo pidió. Estaba súper seguro de lo que iba a hacer y súper maduro. Ellos conocen mucho más de esto que tú. Nosotros teníamos más miedo a lo desconocido».

Sin cifras de su aplicación

La Consellería de Educación carece de datos sobre el uso del protocolo en estos dos años. También si se han registrado problemas una vez activado. Tanto las asociaciones de padres como Arelas no tienen constancia de casos conflictivos. La segunda entidad, además, contabiliza a 26 menores que recurrieron al protocolo pero estiman que tiene que haber más.

En cualquier caso no existe unanimidad respecto al uso de este protocolo. Otra asociación que se ocupa de este tema, Chrysallis, no lo ve con tan buenos ojos. Su presidenta en Galicia, Eva Vaz, lo explica: «Nuestra postura es evitar que se active el protocolo porque entendemos que eso es patologizarlo. Nosotros optamos por el sentido común, informar al centro de la realidad del menor. Nunca hemos tenido ningún problema así». Los últimos tres años se han asociado a ellos 20 familias con hijos trans.