La niña que eclipsó a los frikis

Pablo Portabales
Pablo Portabales MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

BENITO ORDOÑEZ

En las butacas había desde astronautas a un homenaje a Chiquito, pero la voz de Aya Ben hizo que brillaran menos

23 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Vilalba y Aya Ben Hamdouch son los dos nombres propios del sorteo de la lotería. La capital de la Terra Chá y la niña de San Ildefonso que alarga los «mil euros» acapararon toda la atención de la jornada. «¿Ahí no fue donde nació Fraga?», pregunta un periodista con acento madrileño. «Y Rouco Varela», respondo. Me mira con cara de ¿y ese quién es? Antes de que llegase la hora del ángelus a Vilalba, un pequeño ángel se había encargado de reventar el sorteo. Los rígidos funcionarios de Loterías sufrieron la peor y más larga tabla de su vida. Algunos (los menos) no pudieron contener la risa, pero la mayoría lo pasaron fatal.

Aya podría cantar hoy La bohème, la obra que está en cartel en el Teatro Real y cuyas funciones se interrumpieron para dejar espacio al sorteo. Su artística forma de cantar «miiiiiiiiiil eurossssssss» descolocaron a todos. El público enseguida se dio cuenta de que estábamos asistiendo al nacimiento de una estrella. ¿La nueva Marisol? La sobriedad dio paso a la algarabía. La tensión acumulada por el tardío gordo la borró de un mileurazo la pizpireta niña. Desde un lateral uno de los instructores intentaba decirle a la pequeña que acompasase el ritmo con su compañera. Pero nada. El público se ponía en pie al final de cada alambre y despidió a Aya cantando lo de «tú sí que vales»

Salto a las normas

En las butacas, un año más, toda suerte de frikis. Alguno incluso estuvo más de 24 horas a la puerta del teatro en busca de sus mediáticos minutos de gloria. «Esto es un homenaje a Chiquito de la Calzada, por la gloria de mi madre», grita a quien quiera oírlo uno de estos personajes inherentes al sorteo.

BENITO ORDOÑEZ

Pero tanto el cardenal como los afectados de Afinsa, las astronautas, el madridista del sombrero o el mismo Chiquito quedaron eclipsados por la niña de San Ildefonso. ¿Hay algo más friki que saltarse las estrictas normas de un sorteo y centenares horas de ensayo para crear tu propio estilo? Nadie hablaba de otra cosa, de Aya y de Vilalba.