Un año de sequía desde el Espacio

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Los satélites de la NASA, «Terra» y «Aqua» han registrado el avance de la desertificación en nuestra penínusla debido a la ausencia de precipitaciones

03 nov 2017 . Actualizado a las 15:29 h.

En 1957 la antigua Unión Soviética lanzó el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik. No era ninguna misión científica, solamente una demostración de poder ante los Estados Unidos. Desde entonces, el desarrollo de esta tecnología, en manos ya de los científicos, ha permitido explorar el universo y entender mejor nuestro propio planeta. Entre otras muchas cosas, los satélites en órbita son útiles a la hora de realizar los pronósticos meteorológicos. «Ofrecen datos de parámetros que se pueden usar como valores para los modelos numéricos que simulan la evolución de la atmósfera en el tiempo. Al facilitar imágenes a escala global, se puede ver hacia dónde se están dirigiendo los frentes y hacer una estimación a muy corto plazo», explica Alberto Pettazzi del departamento de Observación de MeteoGalicia.

Gracias a los ojos que tenemos en el Espacio exterior también hemos podido detectar anomalías que hubiesen sido muy difíciles de localizar desde la superficie. «Los satélites han sido los testigos de la aparición del agujero de ozono y su paulatino cierre», recuerda.

Ahora nos proporcionan una visión diferente de los efectos que está produciendo el calentamiento global. Los satélites de la NASA, Terra y Aqua, que se dedican a investigar el ciclo del agua en el planeta, han registrado el avance de la desertificación en la península durante el último año debido a la ausencia de precipitaciones. «Cuando se produce una sequía intensa hay menos biomasa y menor cantidad de vegetación. En casos extremos puede matar incluso árboles», comenta Gonzalo Míguez, profesor titular de Física en la Universidade de Santiago.

En la imagen tomada hace pocos días destaca cómo el verde pierde intensidad en Galicia y retrocede en el interior de Portugal, Extremadura y en el suroeste de la meseta norte. «En Galicia hay sequía, pero en zonas de Castilla y León ha llovido menos durante el ultimo año que en el desierto de Arizona», añade Míguez. Eso vienen siendo menos de 250 litros por metro cuadrado.

Lo que pasará en el futuro es todavía una incógnita. Hay modelos que predicen que si la temperatura media de la Tierra sigue aumentando al ritmo actual, la península va camino de convertirse en una extensión del desierto del Sáhara y, sin embargo, la realidad de momento parece ir por otro lado. «La península ha reverdecido mucho en las últimas décadas, debido sobre todo a la política forestal y al abandono de la agricultura. De hecho hay muchos más bosques hoy que hace cincuenta años. Aunque sí que hay regiones donde se aprecia desertificación, como en el sureste», subraya el físico.