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Las actrices gallegas hablan: «Decir que 'no' tiene sus consecuencias»

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Estíbaliz Veiga, Isabel Blanco, Nerea Barros y Celia Freijeiro
Estíbaliz Veiga, Isabel Blanco, Nerea Barros y Celia Freijeiro

Denuncian situaciones vejatorias y el machismo que reina cuando se apagan los focos

02 nov 2017 . Actualizado a las 12:54 h.

Llevan años sonriendo a las cámaras, poniendo su mejor cara, pero lo que sucede cuando los focos se apagan -en muchos casos, cuando ni siquiera se han llegado a encender- les ha traído más de un disgusto. Las actrices y actores gallegos hablan de la oscura trastienda del mundo de las artes escénicas que ha salido a la luz a raíz del escándalo de Harvey Weinstein. El poderoso productor de Hollywood ha sido denunciado por más de medio centenar de mujeres (entre ellas, algunas tan conocidas como Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow o Cara Delevingne) por acoso, agresiones sexuales y violación, junto a otras vejaciones llevadas a cabo durante décadas.

La artista gallega de la eterna sonrisa, Isabel Blanco, es clara al tratar este tema, pero también prudente. «Ni he vivido ni tengo constancia de casos tan aberrantes como los de Estados Unidos. Lo que sí puedo confirmar es que decir que 'no' tiene sus consecuencias laborales. Es duro, porque no llueven los contratos. Esto no es Hollywood», dice la actriz y presentadora. «Te encuentras con gente muy dura de mollera, que se salta las normas constantemente, personas que no saben encajar una negativa».

La mariñense Estíbaliz Veiga lo confirma. «Aunque no fui víctima de ningún abuso, tengo algunas anécdotas. No estuve en una película porque no quise ir a la habitación del hotel del director. Fue un momento bastante traumático. Pasó hace cinco años, con un director que no es gallego que vino a rodar aquí, y sé de otras compañeras a las que les pasó lo mismo con esa persona, que además está casada. Es una historia que roza la locura, porque en mi caso la propuesta me la hizo por Facebook, con lo que queda todo por escrito. Aunque no tuve que verle la cara en ese momento, he de reconocer que fue un golpe duro porque te das cuenta del mundo en el que vives y que no se te valora por el casting que has hecho sino por lo que puedas ofrecer en la cama. Hasta me cuesta verbalizarlo», confiesa la actriz, una defensora a ultranza de la igualdad en las artes escénicas, vinculada a la plataforma Clásicas y Moderdas. «Es cierto que no conozco un caso terrible como el de Weinstein, pero sí existen historias que rozan la locura, casos de ese micromachismo hay en esta profesión y que hace que sea más complicado ser actriz, directora y mujer», añade, al tiempo que recuerda el reciente testimonio de Leticia Dolera.

Tajante es también la productora y actriz viguesa Celia Freijeiro: «Claro que existen presiones y abusos de poder. A lo mejor no es siempre algo obvio, como te doy el papel a cambio de favores sexuales, pero los hay».

Compañeros cómplices

De las pocas que dicen no haberse visto en una situación desagradable por su condición de mujer es Nerea Barros, ganadora del Goya a la mejor actriz revelación en el 2015: «Apoyo totalmente a todas mis compañeras. Yo nunca me vi en una situación así, pero me costaría muchísimo poder vivir con eso. Perdería la ilusión por hacer mi trabajo».

En lo que prácticamente todas ellas reparan es en que sigue habiendo mucho machismo en la profesión. 

«Queremos que dejen de verse a las actrices, y a cualquier mujer trabajadora, como un trozo de carne. Hay todavía mucha lucha por hacer desde mi humilde opinión, es una lucha importante y ni quiero ni puedo mirar para otra parte, mi parte pedagoga me pesa», añade Veiga.

¿Y qué hay de ellos?

Isabel Blanco coincide con las anteriores en que existe un problema educacional, que afecta a toda la sociedad, pero asegura que el acoso sexual y las situaciones vejatorias: «Es algo que no solo afecta a las mujeres. Conozco a actores y presentadores que también sufrieron este tipo de presiones».

El también compostelano Luis Zahera así lo corrobora. «Yo trabajé hace años con directores que fueron denunciados por acoso. Es una cosa que existió y que está ahí», dice el actor, quien considera, no obstante, que las mayores perjudicadas suelen ser las mujeres. «Puntualmente puede haber casos de acoso a los actores, es algo turbio que ocurre, pero las víctimas son en la mayoría de los casos ellas», incide.

«Esto sucede en la preproducción. Si haces esto tienes asegurado el papel, te dicen, aunque yo no lo he escuchado en primera persona, porque hago personajes terroríficos y no suelo estar en las reuniones previas», señala Zahera, que considera que «es una cuestión que va más allá del cine. Tengo cuatro hermanas y he visto esa diferencia desde niño», explica.