Refugio y comida para las personas sin hogar del área de Ferrol

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

JOSE PARDO

La Obra Social 'la Caixa' apoya el albergue Pardo de Atín, que el pasado año atendió a más de 400 personas

25 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hombres, mayores de 55 años, solitarios y fundamentalmente españoles. Es el perfil mayoritario de los usuarios del albergue de transeúntes Pardo de Atín, de Ferrol, gestionado por la Fundación Santo Hospital de Caridad, una institución que surgió hace más de dos siglos como albergue de peregrinos y que desde hace unos setenta años también atiende a las personas que viven en la calle en una situación de emergencia social, sin hogar y sin recursos. «Les facilitamos un dormitorio, un desayuno, servicio de lavandería, ropa, si la necesitan, y también atención médica en aquellos casos en que lo precisen», explica Alberto Lens, presidente del patronato de una fundación que acaba de recibir una ayuda de 10.000 euros de la Obra Social 'la Caixa' para poder continuar con su labor asistencial.

Es una contribución más que bienvenida, ya que, pese a que el país ha empezado a superar la crisis económica, el albergue mantiene prácticamente ocupadas al 100 % sus 42 plazas disponibles durante todo el año. «Hace tres años -precisa Lens- notamos una disminución en el número de personas que atendíamos, pero en los dos últimos ya volvimos a tener una ocupación del 100 %». La Fundación, que también gestiona el Hospital Juan Cardona y la capilla del Espíritu Santo, recibe, además, aportaciones de la Xunta, de la Diputación y de los ayuntamientos de Ferrol, Narón, Neda y Cedeira, aunque ofrece sus servicios a vecinos de otros municipios. Pero las contribuciones son insuficientes para renovar las instalaciones y mantener la labor asistencial, de ahí la necesidad del apoyo de instituciones como 'la Caixa'. «Aún sumando todas las ayudas, el servicio es deficitario, por lo que tenemos que recurrir para mantenernos a los beneficios de la actividad privada del hospital», apunta el director de la fundación. Los datos avalan su actividad: en el 2016 atendieron a 440 personas y se registraron 15.000 pernoctaciones. 

Solo se pide el carné

«Lo único que pedimos a los usuarios es el carné o el pasaporte», destaca Alberto Lens. La mayoría son españoles, pero también pasan por el albergue rumanos, marroquíes, portugueses o brasileños. El número máximo de días que pueden pernoctar son 15, aunque si hay plazas libres, tampoco se ponen problemas para que puedan prolongar su estancia. En alguna ocasión, aunque no son los casos más comunes, también fue necesario acoger a familias que se habían quedado sin su vivienda, para lo que cuentan con una zona reservada.

A los beneficiarios se les acoge, pero en colaboración con otras entidades sociales también se les buscan alternativas para formarlos y facilitar su reinserción social.