La ciencia cuestiona la física estándar

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Los indicios hallados en el acelerador de partículas de Ginebra animan a pensar en un nuevo modelo que podría despejar las incógnitas sobre el origen del Universo

22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En la primera fase de los estudios que se llevan a cabo en el gran acelerador de partículas de Ginebra -un túnel de 27 kilómetros que trata de reproducir las condiciones del big bang que dieron lugar al Universo- se descubrió el bosón de Higgs, una partícula que perseguían desde hace tiempo. En la segunda, el objetivo es descubrir una nueva física más allá del modelo estándar. Ese modelo, en vigor desde hace más de cuarenta años, no lograba explicar algunas cuestiones trascendentales, como por ejemplo, que la materia haya vencido a la antimateria y haya dado origen al mundo. Los experimentos en los que trabajan en la actualidad los científicos del CERN -con una importante presencia de investigadores de la Universidade de Santiago- parecen confirmar esos primeros hallazgos, ya que hay evidencias de desviaciones del modelo estándar, aunque no tan contundentes como para darlas por definitivas. No se puede descartar que se trate de una fluctuación de carácter estadístico.

En el análisis de esas evidencias trabaja el doctor Martino Borsato, del Departamento de Física de Partículas de la USC, así como los investigadores del Instituto Galego de Física de Altas Enerxías Diego Martínez Santos y Veronika Chobanova.

Martínez Santos admite que es «un resultado longamente esperado pola comunidade de físicos de partículas». El experimento trabaja con una serie de partículas cuyas posibilidades de desintegración deberían ser idénticas según el modelo estándar, pero que no se comportaron como se esperaba. Incluso es posible observar partículas de materia que se convierten en antimateria.

En el big bang se crearon cantidades de materia y antimateria en partes iguales y, en teoría, idénticas, salvo en la carga eléctrica, negativa en el caso de la antimateria. De mantenerse esta simetría, materia y antimateria deberían aniquilarse, pero en algún momento, la primera se impuso creando una asimetría y formando los átomos que componen todo lo que existe, desde las galaxias y las estrellas hasta los planetas. El modelo estándar, que describe los bloques fundamentales del principio del universo, no era capaz de explicar esa asimetría, de ahí que los físicos trabajen desde hace años en la búsqueda de un nuevo modelo que despeje las incógnitas que hay sobre el origen del Universo, objetivo de los recientes estudios en el acelerador de partículas.

Los indicios recientes hacen pensar que se camina en esa dirección, ya que la desintegración inesperada de partículas trae a colación un nuevo elemento más importante incluso que el bosón de Higgs y que se busca desde hace tiempo, aunque con escaso éxito. De hecho, las oscilaciones detectadas «son moi sensibles á existencia de partículas moi pesadas non antes vistas -indica Juan Saborido, director del Departamento de Física de Partículas de la USC- e que non se pode detectar directamente á enerxía de operación actual do LHC», es decir, del acelerador de partículas. Por eso, en esta fase segunda del experimento, que trabaja con datos recogidos en la primera, el colisionador opera a velocidades de vértigo para acelerar partículas minúsculas y llegar a energías antes nunca alcanzadas. En ese objetivo es fundamental el trabajo de un equipo técnico de la USC que logró perfeccionar el sistema de disparo del acelerador hasta liberar una energía de 14 TeV.

Como los propios científicos reconocen, queda mucho por hacer y las evidencias no son suficientes, «pero sí intrigantes».

20 investigadores de Santiago participan en el proyecto

Juan Saborido, Diego Martínez, Veronika Chobanova, Martino Borsato y Abrahan Gallas son solo alguno de los nombres del equipo de investigadores de la universidad compostelana que participa en los experimentos del acelerador de partículas desde sus inicios, desde que hace dos décadas se planteó tan ambicioso y extraordinario proyecto. El equipo gallego está formado ahora por una veintena de científicos.