«Lo importante es admitir que no vas a ser la madre perfecta»

Ana Lorenzo Fernández
ANA LORENZO REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

Más de 300.000 siguen el blog de la creadora del Club de las Malasmadres en las redes, donde lucha por una conciliación que todavía ve lejos

25 sep 2016 . Actualizado a las 10:10 h.

Se ha convertido en la defensora de las madres imperfectas, de las que no aspiran a ser unas supergirl para llegar a todo, y de las que se niegan a dejar de lado su carrera profesional y su pequeño espacio personal por haber tenido a los buenoshijos. Laura Baena ya es todo un fenómeno social y su Club de las Malasmadres suma ya más de 300.000 seguidores en las redes, algo que no le ha influido, «porque sigo escribiendo igual que antes, cuando sabía que solo me leía mi madre y mi prima de Málaga».

-¿Cómo está viviendo toda esta repercusión social?

-No la vivo pensando en el bum, sino trabajando igual que el primer día, con los pies en la tierra y sabiendo que es el resultado de muchas horas de esfuerzo. Y, sobre todo, con mucha ilusión de ver que no estás sola, que ese sentimiento de malamadre, de que no llegaba a todo, lo siente mucha más gente. Se ha convertido en una comunidad en la que compartimos muchas experiencias y nos sentimos muy acompañadas, y eso es de lo que me siento más orgullosa.

-¿Qué requisitos tiene que cumplir una «malamadre»?

-Malamadres son madres con mucho sueño, poco tiempo libre, alergia a la niñería y con ganas de cambiar el mundo, o al menos de morir en el intento. Son madres que quieren desmitificar la maternidad y tomarse con humor lo intentos fallidos por ser esa madre perfecta. 

-¿Y tienen remordimientos?

-Sí, porque muchas veces cuando te vas y dejas a tus hijos sientes como esa culpa que te hace hasta llorar. Pero luego te vas alejando, y vas como disfrutando de esa paz interior que da el silencio y la soledad que añoramos mucho las madres.

-¿Sentimientos encontrados?

-Sí. Creo que la maternidad es como una confusión constante, cómo puedes tener tantas ganas de perderlos de vista, pero a la vez estás deseando volver a verlos. Es una contradicción constante. Lo importante de ser malamadre es admitir: ‘Sí soy malamadre, no voy a llegar a ser la madre perfecta que borda la mantita y tiene cada noche la comida perfecta’, pero sí que intentas estar bien contigo misma, porque nos hemos olvidado de nosotras. Las malasmadres intentamos cuidarnos a nosotras mismas, saber que tenemos que estar bien para que ellos estén bien, y buscar esa parcela de espacio propio. Nos cuesta la vida hacerlo, y cuando lo encontramos nos sentimos culpables.

-¿También influye la falta de conciliación?

-Precisamente el club nació de ahí. Yo trabajaba en una agencia de publicidad y llegaba tan tarde que apenas veía a mi hija. No podía llegar a ser esa madre que quisiera ser por la falta de conciliación. Ahí entra en juego otro tema importante y es nuestra lucha social, en la que llevamos trabajando un año y medio, y en octubre lanzaremos una nueva encuesta. A la falta de medidas de conciliación del Gobierno y de los planes en las empresas, hay que añadir una falta de corresponsabilidad brutal en el hogar. El 99 % de las reducciones de jornada se la cogen las mujeres y la carga de los hijos cae en los hombros de la mujer. Y a la vez se nos están pidiendo que tenemos que ser buenas profesionales, pero tenemos que conciliar fuera y dentro de casa. Hemos logrado que se visibilice el problema, pero todavía queda un camino largo y duro que recorrer.