Los estadounidenses dan la espalda a su comida rápida

Victoria Toro CORRESPONSAL EN NUEVA YORK

SOCIEDAD

Santi M. Amil

El mayor interés por dietas saludables se contrapone con el auge de los menús mexicanos y los bocadillos con selección de ingredientes

12 ene 2015 . Actualizado a las 16:23 h.

El pasado septiembre, McDonald's informó de que las ventas en sus restaurantes de Estados Unidos habían caído un 4,4 % en ese mes, el mayor desplome en treinta años. Los beneficios de la empresa bajaron un 30 % en el tercer trimestre y sus acciones han descendido un 11 % en los últimos seis meses. El problema no se reduce exclusivamente a este país sino que se extiende al resto del mundo, según los datos que la propia compañía ha proporcionado recientemente. En el conjunto de todos los estados en los que tiene presencia, las ventas han bajado un 2,2?%, pero donde tiene un problema más grave es en su origen; en Estados Unidos, ese descenso es del 4,6 %.

En la lista de cadenas de comida denominada rápida o basura de Norteamérica, McDonald's sigue ocupando la primera posición, pero ese puesto puede no ser eterno. Y es que si hasta hace no muchos años esa lista estaba liderada exclusivamente por hamburgueserías y pizzerías, la tendencia ha empezado a cambiar. Cadenas de bocadillos como Subway, que ocupa de segundo lugar de esa relación, o Panera Bread, que descendía al puesto dieciséis, crecen sin parar y cobran cada día más fuerza.

La característica que ofrecen en concreto estas dos firmas es que permiten a los clientes elegir su bocadillo, según sus preferencias. Es decir, no se encuentran con un menú cerrado al estilo Big Mac. Ellos mismos seleccionan cada uno de los ingredientes que forman parte de su menú.

El otro aspecto que refleja los cambios de preferencias en las listas de las principales cadenas de comida rápida es la entrada de compañías de menús mexicanas, que lo han hecho con una fuerza de inesperado ascenso. Ahí están para demostrarlo Taco Bell, en el puesto sexto, o Chipotle, en el vigésimo cuarto, las dos firmas más populares, que además no son las únicas en esa relación, que venden tacos. Los datos son claros. Mientras en McDonald's las ventas descendieron un 3,3 % interanual, las de Chiplotle aumentaron un 18,9 %.

Cambio de hábitos

Los expertos, sobre todo los de la firma de hamburguesas, estudian las causas de este cambio de hábitos en la elección de menús de los norteamericanos. La primera de las razones que se esgrime para explicar la caída en las ventas es que los estadounidenses cada vez están más convencidos de que esa comida es mala para su salud. Ese argumento quedaría invalidado con el dato de que mientras McDonald's baja los demás suben. Pero es cierto que la percepción popular es la que relaciona esa información de que la comida rápida tiene efectos negativos sobre la salud precisamente con la multinacional de las hamburguesas.

Además, los datos en EE.UU. sí reflejan un ligero descenso en el consumo de alimentos de este tipo, aunque mucho menor que el que está registrando la citada empresa. El concepto más extendido de los ciudadanos es que ese tipo de almuerzo no es el adecuado, incluso entre los que habitualmente lo consumen. Según la última encuesta de Gallup sobre la opinión que se merece este tipo de alimentos, siete de cada diez estadounidenses que acuden como mínimo una vez a la semana a uno de estos restaurantes cree que «no son buenos». Y esa es quizá la principal razón de que se ingiera cada vez menos.

La cantidad de calorías diarias que los estadounidenses incorporan a su dieta con comida rápida es, según los últimos datos, el 11 % de todas las que consumen cada día los norteamericanos provienen de ese tipo de comida. En el 2006, la cifra de carbohidratos diarios provenientes de este tipo de alimentos era, en EE.UU., del 13 %.

Otro de los argumentos que se ha barajado para explicar el descenso de ventas de McDonald?s es la crisis. Según este postulado, la pérdida de poder adquisitivo de los norteamericanos les habría llevado a dejar de adquirir comida preparada en los restaurantes. Pero algunos datos parecen desbaratar este argumento. El primero es que McDonald´s es precisamente la cadena que menos ha subido sus precios. Unas tarifas que ya son, en el contexto estadounidense, bajísimas. Los precios de la compañía han aumentado, por ejemplo, por debajo de los de Panera Bread que, al contrario que la cadena de hamburgueserías, sí ha visto cómo sus ventas aumentaban. Y además, McDonald?s ha subido sus precios menos de lo que ha aumentado la inflación entre el 2009 y el 2014.

Y otro ejemplo más para desbaratar esa idea: Chipotle subió sus tarifas a principios de este año por encima de lo que lo ha hecho la inflación. Sus clientes no se inmutaron y sus beneficios aumentaron un 25 % al trimestre siguiente.

La clase media

Hay además una explicación más, los clientes de McDonad's pertenecen a la clase media. Un estudio realizado por la Universidad de California desveló que el consumo de este tipo de comida aumenta con la renta hasta llegar a unos ingresos de 60.000 dólares anuales.

El problema de McDonald's es que han sido esos consumidores, los de la clase media americana, los que le están dando la espalda. La empresa ha anunciado una campaña para recuperarlos.

El usuario habitual de la cadena de hamburguesas es de clase media, con rentas de hasta 60.000 dólares La principal cadena de hamburguesas norteamericana emprenderá una campaña para recuperar a los clientes de clase media que están huyendo de sus menús