La sonda Philae podría dejar de funcionar

La Voz LA VOZ | EFE

SOCIEDAD

A pesar de los problemas y de que la batería se termina este viernes, el módulo ha comenzado dos de sus experimentos para estudiar la densidad y las propiedades térmicas y mecánicas de la superficie del cometa

14 nov 2014 . Actualizado a las 17:53 h.
La sonda Philae podría dejar de funcionar en las próximas horas ya que sus baterías se agotarán a lo largo de la tarde de este viernes. El jueves la Agencia Espacial Europea (ESA) confirmó que el robot está localizado en una zona de sombra y que recibe pocas horas de luz solar para cargar sus paneles para continuar en los próximos días las pruebas científicas previstas ya que sus paneles solares no reciben suficiente luz y los datos recabados pueden no llegar a la Tierra por falta de energía. Y este viernes, la situación sigue igual puesto que el módulo habrá agotado las 48 horas de autonomía y le quedarán otras doce de su batería, antes de apagarse.Después de lograr el miércoles un hito histórico con el primer aterrizaje en un cometa, en el centro de control de operaciones de la ESA en Darmstadt (Alemania) la euforia quedó este vierens rebajada con una dosis de realismo, al confirmarse que la sonda Philae puede apagarse pronto. El equipo científico compareció para ofrecer los últimos detalles de la misión con la esperanza de mantener un nuevo contacto con el módulo en torno a las 22 horas peninsulares del viernes si las baterías tienen suficiente potencia para transmitir los datos. La señal de ese contacto debería llegar a la Tierra alrededor de media después, superados los 511 millones de kilómetros que le separan del planeta. «Si no recibimos datos es muy probable que las baterías se hayan agotado», reconoció el responsable de la sonda Philae, Stefan Ulamec, «o que se le haya caído encima un asteroide», bromeó a continuación para quitar dramatismo a la situación. Según señaló, no debe cundir la decepción, ni se puede olvidar que se ha logrado un «éxito» histórico.La sonda Philae, que tras un accidentado aterrizaje con dos rebotes está apoyada en la superficie con dos de sus patas y con la tercera en el aire -y en una zona que no era la esperada- , lleva una batería que le da autonomía energética hasta dos días y después lo que le queda de vida dependerá de los paneles solares. La ESA esperaba que el robot tuviera entre seis y siete horas de luz solar al día, pero, al estar localizado en una zona de sombra, sólo recibe hora y media. Los científicos confirmaron además que siguen intentando localizar la ubicación precisa de la sonda Philae, que al rebotar dos veces no aterrizó donde estaba previsto, en Agilkia. En ese lugar habría tenido siete horas de luz solar al día que le habrían permitido cargar las baterías, pero en estos momentos, según los últimos datos, un panel solo recibe una hora y veinte minutos de luz y el otro entre veinte y treinta minutos. «Desafortunadamente nos encontramos en una esquina, rodeados de rocas», señaló Valentina Lommats desde el centro de control del aterrizaje para explicar esa falta de luz. Si se reciben datos esta noche, el objetivo es intentar rotar ligeramente a la sonda Philae para incrementar las posibilidades de que «vuelva a despertar y nos vuelva a hablar».Aunque la sonda Philae se apague, subrayaron sus responsables, los datos de sus experimentos quedarán guardados en el módulo y no puede descartarse que éste pueda reactivarse en un futuro si consigue suficiente luz solar. Según explicó Lommats, gracias a la rotación del cometa el módulo podría, por ejemplo, recibir suficiente luz solar el próximo mes de agosto y «despertar», si no se ha cubierto de demasiado polvo. «Quiero saber dónde está Philae, quiero recibir señales suya esta noche», aseguró el director de vuelo de la misión, Andrea Accomazzo, resumiendo el sentir del equipo europeo que diseñó este programa espacial.Los dos experimentos de PhilaeA pesar de los problemas y de las pocas horas de vida que le podrían quedar, la sonda Philae ya ha comenzado a enviar datos de dos de los experimentos que ha logrado poner en marcha sobre el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, en el que aterrizó el miércoles tras separarse de la nave Rosetta. Según informó la ESA en las redes sociales, durante la noche comenzaron a funcionar los sensores de la sonda Philae diseñados para estudiar la densidad y las propiedades térmicas y mecánicas de la superficie del cometa (MUPUS en sus siglas en inglés). También se puso en marcha el espectómetro APXS, que debe detectar partículas alfa y rayos-X para recoger información sobre la composición elemental de la superficie.El módulo, que mantiene sin problemas su comunicación durante las horas en las que ésta tiene visibilidad, envió ya el miércoles las primeras imágenes del cometa. La sonda Philae se comunica a través de la nave Rosetta y las señales que envían llegan a la Tierra 28 minutos después, porque viajan a la velocidad de la luz y las naves se encuentran a una distancia de 511 millones de kilómetros.Cómo fue el aterrizaje de PhilaeTras analizar las diversas imágenes recibidas, desde que la sonda Philae se separó de Rosetta, la ESA resumió en un comunicado la compleja llegada del módulo el miércoles al cometa, donde aterrizó tres veces ya que rebotó en dos ocasiones. El primer aterrizaje se produjo dentro de la elipse prevista, como ha confirmado la cámara de descenso ROLIS, en posición cenital, en combinación con las imágenes de OSIRIS. La señal de aterrizaje generada en el primer descenso indujo a los instrumentos a «pensar» que módulo ya se había posado sobre la superficie del cometa, lo que puso en marcha la siguiente secuencia de experimentos.Ahora, estos datos están siendo utilizados para interpretar los rebotes que dio la sonda Philae hasta que tocó la superficie por tercera vez y se posó. Los datos preliminares del experimento CONSERT sugieren que el robot podría haberse desplazado a lo largo de la gran depresión conocida como «punto B», quizás bordeándola. Las imágenes de alta resolución, algunas de las cuales todavía están almacenadas en la nave Rosetta, tienen aún que confirmar su localización, pero los instrumentos científicos están funcionando y transmitiendo datos que deberían permitir saber más sobre ese lugar definitivo de aterrizaje.