Un mapa dentro de la cabeza

Xurxo Mariño

SOCIEDAD

07 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Si la memoria no nos falla, todos sabemos llegar perfectamente de casa al trabajo, al supermercado y también al bar. El mundo de ahí afuera tiene que estar metido de alguna manera dentro de nuestra cabeza pero, ¿cómo?

Para que la cosa funcione, las neuronas de nuestro encéfalo tienen que generar algún tipo de mapa del espacio por el que nos movemos. Pero, ¿existe realmente ese mapa?, ¿dónde está?

En los años 70, el británico-estadounidense John O?Keefe descubrió que las ratas tienen neuronas que se activan específicamente cuando el animal está en un lugar concreto, como si se encargaran de «marcar» la posición. El descubrimiento era especialmente interesante porque esas «células de lugar» no estaban en cualquier parte, sino en el hipocampo, una región del encéfalo íntimamente relacionada con la memoria. Muchos neurocientíficos imaginaron que esas células podían ser las creadoras de un mapa del entorno en nuestra memoria. Pero a otros investigadores el modelo les parecía cojo: efectivamente, esas neuronas estaban implicadas en marcar la posición, pero los experimentos no mostraba cómo lo conseguían. Faltaba algo. Los científicos no se quedan tranquilos hasta que no encuentran respuesta a la pregunta fundamental: ¿cómo?

Y aquí es cuando entran en juego May-Britt y Edvard Moser, un matrimonio de científicos noruegos, discípulos de J. O?Keefe. En el año 2005 los Moser descubrieron en una oscura región próxima al hipocampo -que se llama corteza entorrinal- una pieza importante del puzle o, en este caso, del mapa: las «células de red».

Estas neuronas también marcan la posición, pero de una manera mucho más elaborada: se activan cuando el sujeto se encuentra en muchos puntos concretos del espacio, unos puntos que forman entre sí un entramado regular.

La idea es que las «células de lugar» marcan la posición gracias a la información que le pasan las «células de red», creando entre ambas un mapa cerebral del entorno gracias a los datos que entran por la vista y otros sentidos.

Xurxo Mariño es neurocientífico de Neurocom.