Sada eleva su pasado modernista

SOCIEDAD

El globo aerostático, desplazado expresamente desde Valladolid, se elevó desde la sadense playa de Las Delicias.
El globo aerostático, desplazado expresamente desde Valladolid, se elevó desde la sadense playa de Las Delicias. césar quian< / span>

Cientos de vecinos se visten de época para, entre otras cosas, subir en globo

03 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Definitivamente, a los gallegos nos gusta disfrazarnos más que comer con las manos. No hay más que convocar una fiesta de época para que el personal se vista de dama medieval, de cónsul romano o de Al Capone. En Sada solo les ha costado un par de convocatorias consolidar su feria modernista y conseguir que un buen número de sus habitantes se acicalen como si estuviéramos en los alegres años 20. Y ayer, pese a lo desapacible de la jornada, fueron muchos los que salieron a darlo todo vestidos de Mata Hari, por decir algo.

«No nos hemos bañado, pero estamos bastante mojados», comentaban Luisa y Víctor, los únicos valientes que salieron con sus bañadores de época a participar de un baño colectivo que un intenso chaparrón se encargó de suspender al mediodía. Pero ellos, tan felices, pasearon por la feria dejándose hacer fotos con todo quisque.

Ya por la tarde, era condición necesaria ir vestido de época para subirse al globo que se iba a elevar sobre la playa de las Delicias. Hubo sus más y sus menos a causa del viento pero, con algo de retraso, finalmente el artefacto, desplazado expresamente desde Valladolid, se elevó en un vuelo controlado dando gusto al personal que guardó paciente cola esperando que el tiempo mejorara.

Pero, ¿de dónde nace este furor modernista que invade la villa sadense? De La Terraza, emblemático edificio de la villa y del modernismo que, dicho sea de paso, poca más huella dejó en Sada. Suficiente, sin embargo, para cobijar toda una serie de actividades con las que los vecinos y los veraneantes parecen encantados. Tal auge ha cogido la feria, que hasta los bazares chinos venden ropa de época. Ellas, con vestidos de volantes y/o flecos, tocados o sombreros, collares de perlas y boas de plumas. Ellos, con gorra o sombrero, tirantes, pajarita, chaleco y calcetines largos.

Así que al ritmo de las bandas de Dixieland y del alegre charlestón, la villa recuerda los dulces años en que la buena sociedad se ponía el bañador en sus casetas privadas a pie de playa y que hoy reivindica la asociación de empresarios: «Llegamos a tener 92. No sé por qué las quitaron», lamentaba uno de sus representantes.

Ayer sin embargo, la estrella fue el globo aerostático, que subía y bajaba como un ascensor elevando veinte metros a los alegres sadenses vestidos de época durante unos pocos minutos como si realmente estuviéramos en los albores de la aviación y el globo vallisoletano fuera el último grito. Lo más preocupante es que cunda el ejemplo y que la feria modernista se convierta en otro sarpullido invasor como ha ocurrido con las ferias medievales. Aunque, como algunos comentaban, no en todos los sitios tienen un edificio como La Terraza para servirles de inspiración.