Permaneció en el anonimato cuando vino de EE.UU. para cuidar a su madre

La Voz

SOCIEDAD

16 jun 2014 . Actualizado a las 12:22 h.

María Josefa Wonenburger, con 56 años y en plena cumbre de su carrera, decidió abandonar Estados Unidos para cuidar a su madre enferma en Oleiros. Aún albergaba la esperanza de regresar algún año, pero no lo hizo y pasó del prestigio internacional al anonimato más absoluto en su casa de Montrove. «Nunca se arrepintió de volver con su madre, pero la verdad es que lo dejó todo», señala Ana Tarrío.

Tanto ella como su compañera María José Souto escribieron en la biografía que dedicaron a la matemática que «seguro que de haber continuado en la Universidad María Wonenburger hubiera cosechado muchos más éxitos». Y el ex rector de la UDC José María Barja lo constata: «Todo o mundo pensaba que aínda lle quedaba un importante recorrido científico por diante».

Sin embargo, su talento no debió haber sido apreciado en exceso en Galicia, quizás por desconocimiento, ya que ninguna universidad le ofreció una plaza a su vuelta. Fue algo parecido a lo que le ocurrió en 1957 cuando regresó de Estados Unidos tras doctorarse en Yale. En España no le reconocieron el título, pese a que tuvo como tutor a Nathan Jacobson, uno de los expertos en Álgebra más importantes del siglo XX. Tuvo que emplearse a fondo para hacerla de nuevo en España, aunque por motivos administrativos nunca obtuvo un título español. Su talento no se le escapó a uno de los matemáticos españoles más importantes de la época, Julio Rey Pastor, que la invitó a participar en sus seminarios. Pero en España tampoco encontró acomodo y fue cuando decidió aceptar una beca posdoctoral para ir a Canadá. España ya nunca más recuperaría un talento ignorado durante años.