
La retirada de una portada referente a la abdicación del rey ha provocado la salida de ocho dibujantes del semanario. «Dijeron que estaba prohibido tocar en la portada a la familia real», explica uno de ellos
06 jun 2014 . Actualizado a las 18:41 h.Hoy no entro más en twitter, tengo trabajo. Dos cosas: 1- he dejado la revista, 2- mañana os cuento.
— Albert Monteys (@AlbertMonteys) junio 5, 2014
Pero, ¿qué ha pasado realmente en El Jueves? Las acusaciones de censura han ido aumentando de forma exponencial y a pesar de que la revista ya se ha apurado a negar la mayor, han sido muchos los medios que se han hecho eco de las palabras de los trabajadores, quienes aseguraban que la editorial RBA llegó a retirar de la imprenta 60.000 ejemplares con la consiguiente pérdida económica que supuso.Albert Monteys todavía espera una explicación por parte de las altas esferas, pero en su cabeza ya comienzan a agolparse las primeras sospechas de lo que realmente se puede encontrar detrás de una acción en la que el único perjudicado ha sido precisamente la revista El Jueves.Monteys relata cómo sucedieron los hechos: «Cada miércoles nos reunimos el consejo de redacción para aportar ideas y decidir cómo será más o menos la revista de la semana siguiente. Pero este lunes, después de que se anunciara la abdicación del rey decidimos hacer una reunión excepcional para cambiar la portada y los contenidos del interior de la revista. Lo cerramos todo rápidamente y lo mandamos a imprenta». Todo parecía marchar por el camino lógico hasta que el miércoles, los ilustradores del semanario se toparon con que, sin ninguna explicación, los directivos de RBA decidían refutar la portada. Los trabajadores deciden no rendirse y reunidos el miércoles vuelven a intentarlo en la revista de la semana siguiente. «Comenzamos a pensar un nuevo número con una portada también con el rey como protagonista», explica Monteys.Y cuál es la sorpresa, que en ese momento la editorial concluye darles un toque de atención e iniciar lo que ellos mismos consideran un proceso de enorme censura. «Nos dijeron que quedaba totalmente prohibido hasta nuevo aviso tocar en la portada a la familia real. Por dentro podíamos hacer lo que nos diera la gana, pero la presentación de la revista no podía contener ninguna referencia a los Borbones», relata el ex director del semanario de humor, quien además asegura que los argumentos que les dieron para tamaña prohibición fueron aún más insólitos: «Nos argumentaron que no era tan importante». Y es que según Monteys, todos los problemas que a lo largo de estos últimos años ha sufrido El Jueves han sido únicamente causados por sus portadas: «Los lectores habituales saben perfectamente cómo es la revista por dentro y no se sorprenden por lo que vaya en la primera página, no así pasa con el resto de ciudadanos». Monteys -y los otros dibujantes que se han autodespedido- califican esta acción de RBA no solo como censura si no como secuestro. «Esto es lo mismo que se hizo en el 2007 con la portada de los príncipes de Asturias», recuerda.«A RBA, 'El Jueves' no le importa»Monteys asegura que todavía no posee todas las claves para entender lo que ha sucedido en las últimas horas, pero sí que tiene clara una cosa: «A RBA, El Jueves le da exactamente igual, no le importa».Además, el ilustrador argumenta que en las últimas semanas «ha habido un cierre de filas por parte de la prensa en torno al rey», algo que puede haber afectado también a los contenidos de una revista que en los últimos años se ha convertido en un verdadero incordio para la familia real.«No tengo pruebas, pero esto también ha podido ser una acción pensada y meditada por parte de los editores de RBA. Ellos tenían que saber que cambiando la portada -y más cuando la anterior ya había sido colgada en internet- la revista iba a salir muy perjudicada. Así que yo tengo sospechas de que la intención de la editorial puede ser asestar un golpe definitivo a El Jueves».Otro de los rumores que se ha extendido en la red en las últimas horas apunta directamente al presidente de RBA, Ricardo Rodrigo. Muchos usuarios comentaban la posiblidad de que existieran presiones por parte de la Casa Real debido a los asuntos que Rodrigo tiene pendientes con la justicia, y es que el presidente de RBA fue imputado en el 2011 por defraudar 2,3 millones al fisco, tal y como recoge el diario El País. Preguntado sobre esta cuestión, Monteys asegura no poseer la información necesaria para poder afirmar nada categórico: «Desconozco si esto ha tenido algo que ver, pero es una posibilidad. Lo cierto es que después del 2011 no se ha vuelto a hablar del tema y todos desconocemos en qué punto se encuentra el proceso».De cualquier manera, aquellos lectores que cada miércoles acudían religiosamente a los quioscos a edulcorar de alguna forma la pesada y negativa actualidad ya han comenzado a profetizar la muerte de una revista que ha conseguido sobrevivir a miles de avatares desde 1977.