Los viajes en avión determinan cómo se expanden los virus

r. r. garcía REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El tamaño de las ciudades influye más en los contagios que la distancia

13 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los virus no entienden de fronteras. Pueden originarse en una zona rural de México, como la gripe A, o en una ciudad china, como el SAR, y extenderse por el planeta. La distancia geográfica no supone ningún freno, por lo que a la hora de predecir su origen y propagación puede que sea más importante otra variable que la puramente física: la intensidad en el flujo de pasajeros por avión de una ciudad a otra, por lo que a la hora de transmitir una enfermedad puede que esté más cerca Madrid de Nueva York que de Burgos.

Este ha sido el punto de partida del que se ha valido un equipo de científicos alemanes y estadounidenses para desarrollar un modelo matemático que predice el origen y expansión de una enfermedad y en el que se ha sustituido la distancia geográfica por una basada en el tamaño de sus ciudades y la frecuencia de sus vuelos.

«Con esta nueva teoría podemos reconstruir los orígenes de los brotes infecciosos con mayor seguridad, calcular la velocidad de difusión y prever cuándo llega un frente epidémico a cualquier lugar del mundo», explica el físico teórico Dirk Brockmann, uno de los autores de una investigación que ha sido publicada en la revista Science.

Los ensayos realizados con el método permitieron simular adecuadamente la dinámica seguida por el virus de la gripe H1N1 en 2009 o el Síndrome Respiratorio Agudo (SAR), otra enfermedad vírica que llegó de Asia y que causó estragos en el 2003.

«Si una infección comienza en un lugar remoto, alcanzará rápidamente las principales ciudades -apunta Brockmann-, pero si se inicia en una gran población llegará rápidamente a otras localizaciones importantes, pero no necesariamente a sitios remotos». Los autores del trabajo destacan que el modelo y la simulación matemática que han diseñado puede utilizarse para adelantar las consecuencias de una enfermedad y frenar así su avance.