Un juez, un alcalde o... un actor

La Voz

SOCIEDAD

25 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Si quiere casarse por la Iglesia, no hay alternativa: la boda la oficiará un sacerdote. Pero si opta por un enlace civil, las alternativas son múltiples. Le puede casar un juez, si opta por hacerlo en un juzgado. Si prefiere un ayuntamiento, el oficiante será el alcalde o cualquier otro miembro de la corporación en quien delegue.

A este abanico se unirán el año próximo los notarios. Sin embargo y según las empresas especializadas en organizar ceremonias nupciales, prolifera una nueva modalidad: la del actor. Se trata de un personaje que es un profesional de oficiar la boda que prefiera; usted se casa por su cuenta donde más le guste y, el día de la ceremonia, el actor será el encargado de dirigirlo todo, dando paso a los discursos de los amigos o familiares, leyendo los artículos pertinentes de la Constitución, unos versos de Neruda o de Lou Reed o, en definitiva, haciendo lo que la pareja previamente haya pactado para concretar la boda a su gusto. Según algunos responsables de empresas especializadas, la última moda consiste en bodas vintage en la que los novios intentan recrear un ambiente similar al que rodeó a la boda de sus padres o la de sus abuelos.

Hasta 800 euros

Más allá del coste que pueda suponer acondicionar el entorno y los múltiples gastos que genera una boda, la ceremonia en sí misma que ofrecen estas empresas puede rondar entre los 250 y los 500 euros: «Eso en el formato básico. Hay opciones que incluyen una decoración mayor, incluso azafatas y que se van por encima de los 800 euros», explica Ana de la Rosa, responsable de una empresa especializada con base en Nigrán. Estos empresarios señalan también que las bodas eclesiásticas van a la baja: «¿Por qué casarse en una iglesia oscura cuando se puede hacer bajo una carpa luminosa? Hay creyentes que optan por estas ceremonias, porque casarse por la iglesia tampoco es un trámite sencillo».

Con todo, ni los profesionales consultados, ni las empresas especializadas ven encaje en esas ceremonias a los circunspectos notarios. Por otro lado, en muchos concellos de Galicia el alcalde o el concejal delegado no suelen poner problemas para desplazarse al lugar de la ceremonia si se lo piden los contrayentes. Al fin y al cabo, las bodas son un bien escaso en estos concellos pequeños y un hecho a promocionar.