«Bye-bye», funesto 2012

Alfonso Andrade Lago
a. lago REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

ILYA NAYMUSHIN

El mundo entero se prepara para despedir el año

31 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El mundo se prepara para decir adiós esta noche al funesto año 2012, en el que la crisis golpeó con fuerza. En Siberia y los países nórdicos desempolvan ya los bañadores para sus tradicionales inmersiones en agua helada, mientras en Copacabana, bajo el justiciero sol del verano de Río, levantan las carpas de una macrofiesta por la que se calcula que pasarán ¡dos millones de brasileños!

Otro de los epicentros magnéticos para dar la bienvenida al nuevo año es la neoyorquina plaza de Times Square, en la que anoche volaba el confeti como parte de las pruebas para la celebración.

La tradicional bola de cristal que descenderá por el mástil durante 60 segundos para dar paso al 2013 se alza ya en lo más alto del edificio New York Times Building con sus más de cinco toneladas de peso y 32.253 bombillas que iluminarán la animada noche de Manhattan, según recoge Efe.

La esfera multicolor, de 3,66 metros de diámetro y recubierta con 2.688 triángulos de cristal, incorpora este año un nuevo diseño llamado Let There be Peace (Que haya paz), con 288 piezas que forman una simbólica paloma de la paz.

En nuestro país, el pistoletazo de salida se dio ayer, una vez más, en la plaza de España de Lepe (Huelva), donde 4.000 personas despidieron el año 29 horas antes de la Nochevieja oficial, en lo que el Ayuntamiento de esa localidad define como «ensayo general de las campanadas».

Unas campanadas que marcarán el ritmo de la ingesta de uvas. De tres segundos por fruto, ni uno más ni uno menos, dispondrán por la noche todos los españoles que reciban el Año Nuevo al son del soniquete del ya más que centenario reloj de la Puerta del Sol.

Veintiocho segundos antes de la primera campanada caerá la famosa bola del reloj y comenzarán a oírse los cuartos que avisan de que ya se está aproximando el instante de comerse la primera uva, detalla Efe, que recoge las explicaciones de Jesús López-Terradas, maestro relojero de Casa Losada y actual responsable del mantenimiento del reloj de la Real Casa de Correos.