«Recortar en sida cuesta vidas»

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

RUBÉN SANTAMARTA

24 dic 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Detrás de estas cifras hay personas: en África (donde se concentran el 70 % de los casos de sida), el año pasado 330.000 niños contrajeron el VIH porque sus madres eran seropositivas y se infectaron durante el embarazo, el parto o la lactancia. En Europa, esos casos fueron apenas 200. Pero hoy las prioridades en el Viejo Continente, uno de los principales donantes en los proyectos de ayuda al exterior, son otras, bien sabidas: de la reducción del déficit al auxilio a la banca. Médicos Sin Fronteras acaba de lanzar un plan de microdonaciones a través de SMS con Malik como símbolo: un futuro bebé de Zimbabue cuya madre es seropositiva, pero que, con fármacos, ha evitado su contagio en el vientre materno. Paula Farias está detrás de esa campaña.

-Lanzan esta iniciativa en un momento de depresión económica. ¿Lo han medido bien?

-La crisis no puede ser una excusa para bajar los brazos. Tenemos que explicar que el tratamiento es lo mejor para evitar los contagios, y que medicando a más gente podemos parar esta epidemia, lo tenemos en nuestra mano. En el 40 % de los casos que no se tratan hay una transmisión de VIH de madre a hijo, y en cambio si se trata, apenas llega al 1 %. Esto [el programa de antirretrovirales] iba bien, pero se fue reduciendo por los recortes de los donantes.

-Piden donativos de 1,2 euros mientras vemos millones de ayudas públicas a la banca.

-¿Qué podemos decir de los recortes? La prioridad ya vemos dónde está, y no está en los problemas de la gente. Y lo del VIH es tan sangrante... Contar con un 20 % menos de fondos es decirle a un 20 % de los no tratados que se van a morir. Los recortes en otras áreas son algo más abstractos, pero en este caso, vemos lo que sucede: recortar en sida cuesta vidas humanas. De los 30 millones de infectados, la mitad no necesitan aún tratamiento. Y del resto, 15 millones, unos 8 están medicados, y el resto, no. Se van a morir. Así es. Y a muchos de los que ya tenían el tratamiento habrá que quitárselo por falta de fondos.

-Quizá sucede porque en los países del norte no hay conciencia sobre el problema del sida en otras latitudes.

-Puede ser. Aquí ya no da tanto miedo porque no es una enfermedad mortal, se puede convivir con ella, con fármacos y unos pocos efectos secundarios. En África no es así.

-¿Y de cuánto estamos hablando?

-El objetivo del fondo mundial de lucha contra el sida de la ONU es que en el 2015 todo el mundo esté tratado. Y eso es algo perfectamente posible, pero la falta de compromiso puede hacerlo inviable. Y no estamos hablando de cifras astronómicas.

-¿Qué grado de responsabilidad tienen las empresas farmacéuticas en ese paso atrás que se está dando?

-Es bien sabido que los pacientes no son la prioridad de esas multinacionales, y si no hubiera sido por la batalla que se ha dado por los genéricos, millones de personas no habrían podido acceder a los fármacos. En el año 2000, un tratamiento anual de VIH costaba unos 8.000 euros al año, algo inviable para un paciente. Ahora, gracias a los genéricos, puede estar en los 80. Sabemos que las farmacéuticas no son oenegés, pero tienen que entender que las personas han de estar por delante de los beneficios, y que son una parte muy importante de la solución.

-¿Es el sida el mayor problema de África?

-África tiene muchísimos problemas, y el sida es uno de ellos. La miseria es quizá el principal. El VIH ha provocado algo tan grave como que hayan desaparecido generaciones completas, y que los abuelos tengan que cuidar de los nietos porque sus padres murieron por esta enfermedad. Es decir, tiene consecuencias más allá de lo sanitario.

paula farias responsable de la campaña contra el sida de médicos sin fronteras

«En África, generaciones completas han desaparecido por el VIH»