Dior da carpetazo a Galliano

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La colección de Simons recupera los orígenes de la marca en un giro comercial y se aleja de la compleja sofisticación del controvertido diseñador gibraltareño

29 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La sofisticación desatada y rebelde de John Galliano ya es historia para la Maison Dior. La firma francesa presentó en París su primera colección prêt-à-porter sin el controvertido diseñador gibraltareño, al que da carpetazo para siempre con un giro radical de estilo y de estrategia de negocio.

Existía una inmensa curiosidad en el mundo de la moda por saber qué derroteros tomaría Christian Dior de la mano del modisto belga Raf Simons, un prometedor joven formado en el diseño industrial y que había cosechado éxitos indudables en los últimos años con sus colecciones para hombre.

Y el resultado fue un éxito clamoroso en la carpa instalada junto a Los Inválidos. La colección sorprende por el histórico y abrupto cambio de enfoque que representa para el buque insignia del grupo LVMH. Dior propone una ruptura con el arte barroco y a veces excesivo de Galliano, un mes después de que el diseñador gibraltareño le plantase una demanda de 15 millones de euros por haber sido destituido como director creativo de la Maison tras sus graves insultos antisemitas a una pareja en un bar.

«New look» y Traje Bar

La casa francesa entierra una etapa. Es como si Simons hubiese desentrañado su frío pasado industrial y lo combinase con el clasicismo de la marca para desmontar el prêt-à-porter de Dior y crearlo de nuevo. ¿Cómo? Pues con una mezcla muy medida, y aplaudida ayer, de viejas ideas reinterpretadas y de su propia personalidad.

En el primer grupo encontramos el vintage del estilo new look con el que Dior hizo historia a finales de los cuarenta y que sigue siendo, sin duda, una de sus señas de identidad. Las formas en las faldas -por ejemplo, en las versiones del mítico Traje Bar- están atemperadas para dar unidad a la colección, mientras los estampados aportan un aire diferente a uno de los déjà vu más frecuentes de la pasarela parisina. Este clasicismo buscado ya lo había insinuado el modisto belga en su colección de alta costura.

El segundo grupo de estilismos suponen la aportación de Simons a la nueva imagen de Dior. Marca de la casa son las formas asimétricas de sus minivestidos, combinados a veces con shorts. También lo es la amplia gama cromática de este prêt-à-porter; por ejemplo, la combinación de amarillo y negro, que el diseñador belga usó en la colección para hombre que presentó el año pasado.

Sorprendieron asimismo las chaquetas, en ocasiones lo más discutible de lo visto ayer en París, que recordaron inevitablemente a Armani.

Pero este giro copernicano de Christian Dior no se limita al estilo de la colección. Parece obvia también la búsqueda de una línea más ponible, más comercial, que irrumpirá en las tiendas con mejor pronóstico de venta que las geniales pero a veces imposibles propuestas de Galliano, historia ya de la marca.