«La sonrisa de mis hijos indulta cualquier pesar»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Oscar Vazquez

21 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Hay una canción especial para Carlos Mañas. Por lo menos es uno de esos temas con los que este profesor vigués, padre de familia y activista en diferentes oenegés, nota como se le eriza la piel cuando empieza a escucharla. «Lo que hace es trasladarme a la felicidad absoluta», dice. El tema le gusta y le emociona al mismo tiempo. No es para menos. Porque la letra está inspirada en su propia historia. «En su día cuando me diagnosticaron la enfermedad, mis caprichosos cambios de ánimo valieron de inspiración para que una leyenda de los ochenta hiciera la primera canción dedicada al trastorno bipolar», explica. El tema que le gusta escuchar es Calor en invierno, y la leyenda es Teo Cardalda.

«Por favor, ¡no se asusten!», advierte después de descubrir la patología que padece. La enfermedad está registrada en su agenda personal con un número, F 31.5. Es lo que aparece en el pasaporte mental donde está descrito el trastorno bipolar con síntomas psicóticos. «La cifra acompaña ya al número del DNI, el de la seguridad social, el de teléfono o el de la cuenta del banco....», cuenta quitándole todo el hierro que a priori pueda generar el descubrir que se tiene una patología que cambia el humor como el viento hace girar una cometa.

«Es una enfermedad que tiene que ver con las emociones, no con el intelecto», dice. Y ha aprendido a vivir con ella, a no dejarse llevar. «Aún tengo la capacidad para conquistar sueños y desafíos o, como reza esta sección, soy feliz», añade con una calma que sorprende.

«El entorno social que compartimos nos pide ser lo que no somos, pero al mismo tiempo nos culpa de ser lo que somos. Semejante paradoja no me asusta porque la sonrisa de mis hijos indulta el pesar que puedan reflejar a veces mis ojos», dice.

Pero pese a todo, trata de que cada día sea mucho mejor que el anterior. No le falta fuerza ni empeño para hacerlo porque es activo. Participa en varias oenegés donde trata de echar una mano en lo que puede. Pero también ha contado su historia en un libro Historia de un trastorno bipolar a través del que trata de ayudar a comprender cosas tan importantes como que un trastorno bipolar no tiene por qué ser ningún obstáculo en la vida. La receta: solo hay que poner empeño para salir del túnel cuando la cabeza no deja ver la salida. Es lo que trata de hacer cada día.

Esta sección dispone de un buzón para los lectores. Pueden enviar sus historias al correo electrónico disculpenyosoyfeliz@lavoz.es