El lunes por la noche, la actriz Demi Moore fue hospitalizada de urgencia en Los Ángeles. Según el portal de noticias sobre famosos TMZ, generalmente muy bien informado, el servicio de emergencias recibió una llamada desde la casa de la actriz. Una vez allí, los médicos atendieron a Demi Moore durante media hora antes de decidir trasladarla a un hospital debido a un «abuso» de sustancias que no aclaran.
La relaciones públicas de Moore aseguró ayer, en cambio, que la actriz está recuperándose de un fuerte estrés: «Debido a la tensión de su vida actual, Demi ha decidido buscar ayuda profesional para tratarse del agotamiento que padece y mejorar su salud general».
Moore, que en los años noventa llegó a ser una de las estrellas de cine mejor pagadas, estaba embarcada ahora en uno de los grandes proyectos de Hollywood: Lovelace, la película sobre la estrella del porno Linda Lovelace. Pero ayer mismo se supo que, debido a su estado de salud, la actriz ha decidido abandonar el proyecto en el que iba a encarnar a la feminista Gloria Steinem.
Traumática separación
La actriz se separó en noviembre del que había sido su marido desde hace seis años, Ashton Kutcher. En las escasas apariciones que ha protagonizado desde entonces, Moore se veía delgada en extremo, hasta tal grado que algunos medios estadounidenses afirmaban que de lo que se está tratando realmente Demi Moore es de anorexia, una enfermedad que le habría provocado un desmayo tras una crisis epiléptica.
La separación de Kutcher parece haber sido muy dura para la intérprete, que hace solo unas semanas mostraba en una entrevista su bajo estado emocional: «Lo que de verdad me aterra -explicaba Moore en la revista Harpers Baazar- es pensar que al final voy a descubrir que soy una persona a la que no se puede amar, que no merezco ser amada porque hay algo que está mal en mí».
Mientras Moore era ingresada en el hospital, su ex disfrutaba de la noche brasileña de São Paulo con unos amigos.