Fallece Otto de Habsburgo, testigo del fin de los imperios

Cristina Porteiro
cristina porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Declarado europeísta, se opuso al nacionalsocialismo y a la guerra fría

05 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Otto de Habsburgo, primogénito del último monarca del Imperio Austro-Húngaro, falleció ayer a los 98 años en la localidad alemana de Pöcking (Baviera).

Hijo del emperador Carlos I de Habsburgo y la emperatriz Zita Borbón-Parma, Otto nunca pudo suceder a su padre en el trono. En 1918, finalizada la Primera Guerra Mundial, su familia se exilió a Suiza y con posterioridad a Madeira (Portugal), donde murió su padre a principios de la década de los veinte.

Las buenas relaciones que mantuvieron con el entonces rey Alfonso XIII de España permitieron que Otto se desplazase a la localidad vasca de Lequeitio a estudiar el bachillerato.

Ni nazi ni comunista

Durante la Segunda Guerra Mundial, Otto de Habsburgo se mostró contrario a la doctrina nacionalsocialista y al término de la contienda intentó rebajar la tensión entre los países inmersos en la guerra fría. Pese a ello, su oposición al comunismo le llevó a fundar la Unión Paneuropea, con la que contribuiría a la caída del telón de acero en 1989.

En múltiples ocasiones intentó regresar a Austria, pero las fuerzas políticas republicanas (socialistas y ultranacionalistas) le impidieron la entrada y le declararon persona non grata. En 1961 renunció oficialmente al trono. Doce años más tarde, tras una reunión con el canciller federal socialdemócrata Bruno Kreisky, regresó a Austria. Entonces ya contaba con la triple nacionalidad (alemana, húngara y austríaca). Entre 1979 y 1999, fue diputado en el Parlamento Europeo y se declaró ferviente europeísta. Desde el 2007 el jefe de la Casa era su hijo Carlos.

Tras el anuncio de su fallecimiento, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, declaró: «Nos ha dejado un gran europeo, que dio un impulso al proyecto europeo a través de su rica vida».