El poder de los lodos rojos

Manuel Bao A CORUÑA.

SOCIEDAD

07 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La peligrosidad de un derrame de lodos como el que ha ocurrido en Hungría (no entramos en si se habría podido evitar con la debida toma de precauciones, balsas de seguridad aguas abajo, impermeabilización de escolleras, neutralización en balsa, etcétera) se resume en cinco puntos.

1

Se ha producido un vertido de lodos rojos de más de un millón de metros cúbicos, que en su inicio suponen un río capaz de arrasar lo que encuentra como obstáculo, produciendo los daños físicos y la pérdida de vidas que se han conocido.

2 Manantiales y pozos seriamente afectados. El contenido en sosa cáustica (NaOH) que tiene pH 11 indica que el lodo no estaba neutralizado, ni fue adecuadamente lavado en la recuperación de sosa. La superficie afectada (dependiendo del espesor de la capa depositada localmente) va a infiltrar al terreno toda la sosa retenida a excepción de una pequeña capa superficial que absorberá CO2 del aire (se carbonatará) y se infiltrará con mayor lentitud. En consecuencia, los freáticos superficiales se verán seriamente afectados (aguas potabilizables de manantiales y pozos), efecto que se puede ver reducido por la pluviometría o inundación de agua, por simple dilución. 3Daño a los animales. El nombre de cáustica define la característica del agua sobre los tejidos, destruyéndolos y causando en los animales llagas dolorosas y de curación complicada (por ingestión pueden ser fatales).

4

La capa residual, incluso después de lavada (ya sin sosa) queda configurada por minerales (óxidos de silicio y de hierro) sin nutrientes capaces de soportar vida vegetal y que gradualmente se incorporarán al suelo (por laboreo, etcétera) elevando el contenido en finos y modificando la estructura de este (menor permeabilidad y oxigenación).

5

El elevado grado de finura del sólido que constituye el lodo, por acciones de laboreo y simplemente por los vientos, hará que se disperse sobre campos no afectados directamente por el vertido, depositándose superficialmente y sobre los cultivos, reduciendo la transpiración y consecuentemente la salud de estos.

La única similitud que presenta este derrame con sucesos como el de Aznalcóllar (vertido líquido, ácido y por rotura de presa) es que se ha producido un vertido. Los suelos tienen una gran capacidad de amortiguamiento de disoluciones ácidas, no tanto de alcalinas, y la recuperación es más sencilla.