La astronomía ha visto apagada sus estrellas estos días por el fallecimiento de una de las pioneras de esta disciplina en España.
Antes del comienzo de la Guerra Civil, Antonia Ferrín Moreiras, natural de Ourense, era ya licenciada en Farmacia y Química, además de haber participado en dos cursos de matemáticas. Todo en la Universidade de Santiago. Con un gran interés por las matemáticas, Antonia decidió terminar la carrera en Madrid y allí conoció al astrónomo que da nombre al observatorio santiagués, Ramón María Aller Ulloa.
La devoción de la ourensana por el mundo de la astronomía la llevó a ser primero becaria y después profesora adjunta del catedrático Aller, siendo muy importante su labor en el registro de ocultaciones de estrellas por la Luna y en la obtención de medidas micrométricas de estrellas dobles.
En palabras de Jose Ángel Docobo, director actual del Observatorio Astronómico Ramón María Aller, Ferrín Moreiras «fue una de las pioneras que lucharon por crear una facultad de matemáticas en Santiago». Después de este logro, se fue como catedrática de Magisterio primero a Santander y luego a Madrid, donde sería nombrada catedrática numeraria de Matemáticas y también impartiría dos años de Astronomía y Mecánica Celeste.
En 1984, Antonia Ferrín decidió jubilarse, aunque nunca abandonó de todo su vinculación con ambas ciencias. Hace dos años fue madrina en el quincuagésimo aniversario de la Facultad de Matemáticas en Santiago. Ahora, coincidiendo con el Año Internacional de la Astronomía, Antonia nos ha dejado a los 95 años con una herencia de conocimiento impresionante.