Científicos británicos anuncian que harán sangre artificial en el 2012

SOCIEDAD

En el proyecto participa la empresa surgida del laboratorio que en 1996 clonó a la oveja «Dolly»

24 mar 2009 . Actualizado a las 13:43 h.

La noticia de que Gran Bretaña echará el resto para fabricar sangre artificial la publicó ayer el diario británico The Independent, y se presenta como una posibilidad de conseguir un sustituto a las donaciones, algo que hasta el momento no existe y que supone uno de los principales problemas sanitarios del mundo.

La idea científica es de Marc Turner, de la Universidad de Edimburgo y director del Servicio Nacional Escocés de Transfusiones; y cuenta con la participación de Roslin Cells, una empresa surgida del Instituto Roslin, laboratorio que clonó en 1996 a la oveja Dolly . Lo que quieren los estudiosos es usar células madre de los embriones sobrantes de la fecundación in vitro que genéticamente sean del grupo cero negativo para crear cantidades ilimitadas de sangre tan eficaz como segura.

Multiplicarse sin límite

Las células madre son capaces de multiplicarse sin límite en el laboratorio y de ahí lo interesante de la propuesta británica, que al especializarse en el grupo cero negativo será universal. El objetivo es, además, centrarse en los glóbulos rojos, que son los que portan el oxígeno a los órganos y resultan fundamentales en momentos de urgencia.

El proyecto comenzará en breve, ya que están ultimándose unas cuestiones jurídicas entre los entes afectados, pero hasta dentro de tres años no habrá resultados. Se prevé que entonces, en el 2012, se realicen las primeras transfusiones de prueba a voluntarios.

La seriedad de la propuesta está avalada por la que se considera la mayor organización médica de carácter benéfico del mundo, el Wellcome Trust, que según se especula destinará al proyecto tres millones de euros. Junto a la organización, participan la sección de sangre y trasplantes del Servicio Nacional de Salud y los servicios de transfusión de Escocia, Inglaterra, Gales e Irlanda. Con la asociación de todos estos organismos, lo que se pretende es garantizar lo que hasta ahora era casi más difícil que investigar: convertir en realidad, es decir, llevar al mercado, lo que se va descubriendo en los laboratorios.

Hasta ahora no existe ningún sustituto de la sangre que sea artificial. El compuesto completo apenas se utiliza porque, además de derrochar capacidad, tiene una vida muy corta (sobre 40 días), por lo que al llegar al centro de transfusión se separa en hemoderivados; los tres más importantes son hematíes (glóbulos rojos), plaquetas (para parar las hemorragias) y plasma (con proteínas).