La crisis frena el consumo de lujo

SOCIEDAD

Hay empresas que sugieren a los mandos que no acudan al trabajo con vehículos excesivamente caros

09 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Apalean suficientes millones para comprar no uno sino tres coches de lujo, los mejores bolsos de Prada o los exclusivos diseños de Armani o Gucci, pero no lo hacen por temor a la ostentación, muy mal vista en estos tiempos de crisis. Un problema no económico, sino social, que retrae o reorienta el consumo del lujo, especialmente en el sector del automóvil, donde lujo significa más de cien mil euros.

Explica el problema Rubén Fidalgo, director comercial del Centro Porsche de A Coruña: «Sabemos que el cliente tiene el dinero para comprar, pero hay una excusa social para no hacerlo. Nos dice que el modelo nuevo le gusta más que el suyo, pero que no puede entrar por la puerta de la empresa con un automóvil de 100.000 euros cuando acaba de echar a la calle a dos empleados por la crisis».

Fidalgo cifra el bajón de las ventas en los últimos meses «en un 60%» para vehículos de alta gama, de los que se matriculan unos 500 al año en Galicia, e insiste en el problema social: «Hay cierto temor. La ostentación está muy mal vista y tenemos clientes que nos dicen que sus empresas, muy fuertes en Galicia, les han aconsejado que no vayan a trabajar en coches de lujo, especialmente si son nuevos».

De idéntica opinión es Alfredo Sánchez, director comercial de turismos de Louzao, concesionario de Mercedes. «Sí, hay una presión social importante que hace que se retraiga el consumo. Tenemos clientes del sector de la construcción y ahí se nota especialmente el bajón. Es evidente que, si una empresa está reduciendo costes con despidos para sobrevivir, sus mandos no pueden aparecer con vehículos nuevos de alta gama», agrega.

Es lo que Mirthe de Boer, jefa de relaciones externas y de comunicación de Ferrari en España, representada en Galicia por Automóviles Pérez Rumbao, define como «un factor psicológico clave en un mal momento del mercado».

Seguro a terceros

El cliente llega al concesionario de lujo con incertidumbre y eso alarga la decisión de compra. «Hemos pasado de decisiones casi diarias a esperar entre tres y seis meses por posibles compradores», dice Alfredo Sánchez, mientras que en Porsche observan que la crisis ha llegado incluso a la posventa. «Se alargan también los plazos para cambiar el aceite o los discos de freno», precisa Fidalgo.

Daimler, Maybach, Bugatti, Rolls-Royce... Hablamos ya de manufactura de vehículos, un salto hacia el medio millón de euros que obliga a los gallegos a buscar concesionario en Madrid o Marbella. Pero también en la altísima gama se deja sentir la crisis. «Algún cliente se ha llevado un coche con seguro a terceros», recuerda Javier Marradán, jefe de ventas de Aston Martin en la madrileña C. de Salamanca, que presume de clientela gallega.

«La crisis alarga la decisión de compra varios meses -analiza Marradán-, cuando hemos llegado a tener lista de espera. La incertidumbre empresarial que se cierne sobre el 2009 echa para atrás al cliente, no porque no puede pagar, sino porque se lo piensa, no se arriesga y prefiere esperar a ver qué sucede con su empresa».